ESTRUCTURAS MATEMÁTICAS-AMOR Y TEMOR: Un Estudio de Guematria Intermedia

Los Números Figurativos

Uno de los conceptos más importantes en guematria es el de los números figurativos. Cada número entero tiene una o más figuras geométricas característica que nos permite darles una visualización formal. Por ejemplo la serie de los números cuadrados: 12 = 1, 22 = 4, 32 = 9,… pueden ser dibujados como cuadrados de 1 punto, 4 puntos, 9 puntos, etc., como vemos a continuación:

Lo mismo es cierto para la serie de los números triangulares: 1, 3, 6, 10,… donde cada número de la serie es una suma de enteros. 1 es por supuesto la suma de 1; 3 es la suma de 1 y 2; 6 es la suma de 1, 2 y 3; 10 es la suma de 1, 2, 3 y 4 y así en adelante. Los números triangulares se pueden visualizar de la siguiente manera:

Obviamente hay muchas otras figuras regulares que pueden ser utilizadas para bosquejar visualmente los números enteros. Cada figura regular tiene su significado místico en Cabalá, pero este tema está más allá del objetivo de este artículo. Utilizando las figuras geométricas para graficar los números enteros también crea un sistema de correspondencias entre números que normalmente no están relacionados aparentemente. Por ejemplo, todos los números triangulares son congruentes entre sí. 

La mentalidad y el método de análisis cabalístico está basado en encontrar correspondencias entre las cosas. Utilizando los números figurativos podemos encontrar relaciones entre las palabras y los versos basados en su representación geométrica. Este artículo, que discute la relación entre los dos pasajes más importantes de la Torá, está basado exactamente en ese análisis utilizando los números figurativos.

Dibujando los Versos

Los dos pasajes más importantes de la Torá son los Diez Mandamientos que se recibieron en el monte Sinai y el Shemá, donde se establece la creencia fundamental del judaísmo que es la creencia en la unicidad de Dios. Los primeros dos mandamientos “Yo soy Dios, tu Dios…” y “No tendrás dioses extraños ante Mi”, los escuchamos directamente de la “Boca del Poder”, directamente del Todopoderoso (Talmud Bavli, Makot 24a)

Los Diez Mandamientos aparecen dos veces en la Torá, la primera en la parashá Itró (Éxodo 20:2-14) y luego en la porción Vaetjanán (Deuteronomio 5:6-18). Los primeros dos versículos en las dos versiiones son exactamente iguales, letra por letra (la primera diferencia aparece en el tercer tercero). En estos dos versos hay exactamente 64 o 82 letras:

אָנֹכִי י־הוה אֱ־לֹהֶיךָ אֲשֶׁר הוֹצֵאתִיךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית עֲבָדִים. לֹא־יִהְיֶה לְךָ אֱ־לֹהִים אֲחֵרִים עַל־פָּנָי.

Anojí Havaiá Elokeja asher hotzitija meeretz Mitzraim mibeit avadim.

Lo ihié lejá Elokim ajerim al panai

Es interesante notar que el mismo fenómeno puede ser encontrado en la porción del Shemá, (que aparece en la Torá en la continuación de Vaetjanán, (Deuteronomio 6:4-9), con la “Shejiná [“la Divina Presencia”] hablando por la boca de Moisés” [Zohar III, 232]). En los primeros dos versos, “Oye, Oh Israel…” y “Y amarás a Dios, tu Dios…” también hay 64 o 82 letras:

שְׁמַע יִשְׂרָאֵל י־הוה אֱ־לֹהֵינוּ י־הוה אֶחָד. וְאָהַבְתָּ אֵת י־הוה אֱלֹהֶיךָ בְּכָל־לְבָבְךָ וּבְכָל־נַפְשְׁךָ וּבְכָל־מְאדֶךָ.

Shemá Israel Havaiá Elokeinu Havaiá Ejad.

Veahavta et Havaiá Elokeja bejol levavjá uvejol nafshejá uvejol meodeja

Como cada par de versos tiene 64 letras, podemos organizarlos gráficamente cada uno en una matriz cuadrada de 8 x 8 de la siguiente manera:

Análisis Geométrico

Lo primero que notamos es que cada cuadrado contiene en la primera línea 8 letras, correspondientes a las dos primeras palabras de la porción, siendo el valor numérico promedio de las dos líneas 529 o 232. 

Más importante aun, encontramos que las letras en los cuatro vértices del primer cuadrado (Anojí…) forman la palabra יראה, irá, “temor”. Dicen los sabios que estos dos mandamientos fueron dichos por pi haguevurá, la “Boca del Poder”, aludiendo al Todopoderoso. En hebreo guevurá, גבורה, = 216 suma igual que irá. Respecto a la entrega de la Torá también dicen los sabios: “Igual que allí [en el Sinaí donde fue entregada la Torá] fue entregada con terror, temor, estremecimiento y temblor, también aquí [al aceptar nuevamente la Torá cada día] con terror, temor, estremecimiento y temblor” [Talmud Bavlí, Brajot 22a]). 

Por otro lado, en el cuadrado interior de la segunda matriz formada por los dos versos del Shemá, “Oye Oh Israel…” y “Y amarás…” (que Moisés pronunció en primera persona, de quien está dicho “Moisés amaba a Israel” [Talmud Bavlí, Menajot 65a], se lee la palabra אהבה, ahavá, “amor”, reafirmando que el sublime sitio espiritual para declarar y penetrar en el Shemá está en la suprema “Cámara del Amor”, como está explicado en Cabalá).

Un Temor Sabio 

Respecto al efecto de la entrega de la Torá en el Sinaí dice la propia Torá: “para que el temor a El esté sobre sus rostros” (Éxodo 20:17), los sabios comentan que el aspecto particular del temor que se está hablando aquí es la vergüenza, בושה, bushá (Talmud Bavlí, Nedarim 20a). En Cabalá está explicado que este temor, el temor de la vergüenza, irá boshet, ירא בשת, es una de las tantas permutaciones de la palabra בראשית, bereshit, “En el principio”; aludiendo al verso “el principio de la sabiduría es el temor a Dios”). (Salmos 111:10)

Explica el Jasidut que es el temor a Dios que se traduce como vergüenza es un producto de la auto anulación de la propia existencia que fluye de la sefirá de sabiduría. Esta sefirá representa el conocimiento y el compromiso en la Torá, porque “la Torá surge de la sabiduría” (Zohar II, 62a, 85a, and 121ª) iluminando el rostro de la persona, porque allí es donde se revela su naturaleza íntima, como está dicho: “La Sabiduría de un hombre brilla en su rostro” (Eclesiastés 8:1).

La palabra “rostro”, פנים, panim, está relacionada con “esquina”, פינה, piná. Se dice del sacerdote colocando los sacrificios en el altar que “Asciende la rampa [del altar] y gira hacia a el borde que lo rodea” [Mishná Zevajim 5:3]). Está explicado en Jasidut que la habilidad de girar realmente, que implica cambiar el curso de una dirección a otra se adquiere a través del poder de la esquina, que sirve como una metáfora visual de la “nulidad”, es decir, la auto anulación del alma que halla su fuente en la sabiduría, como dijimos antes. Esta es la razón de que en los dos primeros mandamientos, cuyo propósito fue traer “temor a nuestros rostros”, la palabra irá, יראה, está escrita en las esquinas.

La Revelación del Amor

Los dos pares de 4 letras que forman el corazón geométrico de ambos cuadrados forman las palabras “el poder del amor”, עצמת אהבה, otzmat avahá, haciendo del amor el corazón compartido o la raíz del poder inherente en los Diez Mandamientos y en el Shemá. El valor numérico de esta frase עצמת אהבה, “el poder del amor”, es 613, el número de preceptos de la Torá, observación que requiere mayor explicación.

Los 613 preceptos se dividen en 248 requerimientos positivos y 365 prohibitivos. Además, “el [sentimiento de] amor por el Todopoderoso es la fuente de los 248, y el temor al Todopoderoso es la fuente de los 365 prohibitivos”. (Tania, capítulo 4) Como el precepto negativo de temer a Dios –“a Dios, tu Dios, temerás” (Deuteronomio 6:13)- es en sí mismo un mandamiento positivo, o sea que como ya explicamos debe estar motivado por el amor, podemos concluir que el amor es a la postre la fuente de todos los preceptos, positivos y negativos.

Una observación relacionada con esto es que el valor numérico de la suma los dos pares de 8 letras de la última línea de los cuadrados ר י ם ע ל פ נ י ו ב כ ל מ א ד ך, es también 613, aludiendo al hecho que los 613 preceptos están representados en estos dos pasajes seminales de la Torá.

Veamos ahora los dos grupos de las cuatro esquinas, que llamamos el rostro de cada cuadrado. Las 8 letras son: י ר א ה ש ל ו ך, cuya guematria es 572 = 13 x 44, o “amor” (אהבה, 13) x 44, aludiendo nuevamente al hecho que la raíz de toda la Torá es por cierto el amor. (44 es el valor numérico de uno de los “rellenos de letras” alternativo del Nombre esencial de Dios, Havaiá. Ver en el “curso de guematria”).Finalizamos notando que el amor penetra totalmente estos dos versos, porque la suma de las 128 letras que los componen es 5953, cuyo punto medio es 2977, que es igual a 13 x 229. Ya sabemos que 13 es “amor”, y 229 es la suma de los valores de “amor” y “temor”. Tenemos así amor multiplicado por la suma de amor y temor: 2977 = אֲהַבָה · יִרְאָהאֲהַבָה!

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