¿EL MASHÍAJ BAJANDO POR LA CHIMENEA?

Una Palabra que Expresa la Unidad Esencial

La palabra hebrea ejad, “uno”, es la más importante del versículo (Deuteronomio 6:4):

Oye Israel, Di-s es nuestro Di-s, Di-s es Uno

Aunque ejad expresa la unidad absoluta de Di-s está compuesta por tres elementos, las letras alefjet y dalet.

Su valor numérico es 13, número en el que se refleja la unicidad absoluta de Di-s y que también es el valor numérico de la palabra ahavá, “amor”.

Una Visualización Paradójica

Cuando meditamos vemos imágenes sagradas, pero Di-s, en Su unidad absoluta, está por encima de toda forma o imagen. Al meditar sobre las tres letras de la palabra ejad, visualizamos paradójicamente eso que no tiene forma, nos unificamos con El que no tiene figura y nos hacemos concientes de El.

Por definición, la unidad absoluta no puede ser visualizada, ya que de lo contrario significaría que tiene partes y entonces no es esencialmente una unidad.

No obstante, visualizando la palabra ejad traeremos a nuestra conciencia la percepción de la unidad de Di-s.

Esto puede compararse con la etapa de ratzó, “correr” desde las imágenes visualizadas hacia la unidad absoluta de Di-s, que está por encima de las imágenes.

La Meditación que trae el Shulján Aruj 

La primera meditación sobre la palabra ejad en el versículo del shemá: “Oye Israel, Di-s es nuestro Di-s, Di-s es Uno“, está escrita en el Shulján Aruj, el Código Judío de Leyes. La alef de ejad representa alufó (de la letra alefshel olam, “el Amo del Universo”. El valor numérico de la alef es 1 y representa a El Uno Esencial. El Shulján Aruj advierte no demorarse mucho tiempo en la imagen de esta letra, porque es intangible y no puede llegar a comprenderse fácilmente.

A continuación, pasamos a meditar sobre la letra jet, de valor numérico 8. Al centrarnos en ella meditamos sobre el hecho que la unidad de Di-s permea la realidad visible y la imaginable. Primero impregna los 7 niveles del firmamento arriba y luego continúa descendiendo hasta el octavo nivel de la tierra, abajo.

Finalmente llegamos a la letra dalet, cuyo valor numérico es 4 y corresponde a las cuatro direcciones, la unidad de Di-s se esparce hacia el este, el oeste, el norte y el sur.

Cuando nos conectamos a la unidad de Di-s dejando de lado las imágenes con las que nos habíamos conectado antes, estamos pasando a la etapa de ratzó, como ya vimos. Luego en la meditación del Shulján Aruj experimentamos la etapa de shov, “retorno”. “Retornamos” de nuestra meditación inicial acerca de la unidad de Di-s en la alef y descendemos para visualizar cómo Su unidad permea la realidad en los siete firmamentos arriba y la tierra abajo y cada uno en las cuatro direcciones.

Jasidut profundiza en ejad

El jasidut agrega otra dimensión a la meditación en ejad. Toda alma judía es realmente una parte de Di-s. Cuando aprendemos a reconocer su unicidad, tenemos que meditar simultáneamente en que Di-s y la fuente de nuestras almas son uno. El alma se origina en la unidad absoluta con Di-s. Este es el punto de la alef.

Cuando se decreta Divinamente que el alma debe entrar al cuerpo, esta desciende a través de los siete firmamentos. Entonces el alma alcanza el octavo nivel, el cuerpo, que es llamado “tierra”. Este descenso del alma al cuerpo es el nivel de jet.

Toda alma es un emisario de Di-s para diseminar la conciencia Divina hacia las cuatro direcciones de la tierra. Dalet es el nivel en el cual el alma “estalla” hacia todas las direcciones para cumplir su misión Divina.

El Nivel Intermedio de las Direcciones

Cuando comprendemos el rol de las cuatro direcciones en nuestra meditación, entonces entendemos la conexión entre las dos meditaciones previas y las siguientes.

En hebreo, la palabra “dirección” es ruaj. Literalmente, significa “espíritu” o “viento”. Cada dirección es un viento y cada viento es un espíritu. En nuestro ejercicio meditativo, el espíritu que alude a Mashíaj es el nexo intermediario entre las meditaciones previas y las subsiguientes.

Ruaj alude a dos importantes versículos en la Biblia. En la visión de Ezequiel de los huesos secos (Ezequiel 37), el ruaj tiene que ser insuflado en las narices de las personas para traerlas de nuevo a la vida y redimirlas. Para que sean redimidas necesitan el espíritu de Di-s.

En la meditación jasídica acerca de la dalet, ante|s mencionada, este espíritu es dirigido hacia el exterior para diseminar la conciencia Divina hacia los cuatro puntos cardinales de la tierra, pero aquí las cuatro direcciones del espíritu de Di-s son dirigidos hacia adentro, soplado en las narices del pueblo por el Mashíaj.

El segundo versículo donde se menciona ruaj es en Isaías (Isaías 11:2), donde está escrito que el Mashíaj recibirá cuatro espíritus: el espíritu de Di-s, el espíritu de la sabiduría y el entendimiento, el espíritu de congregación y el poder y el espíritu de la conciencia y el temor reverencial de Di-s. La dalet grande de la palabra ejad, tal como está escrita en la Torá, alude a estos cuatro espíritus que descienden sobre el Mashíaj.

Dado que, como enseña el Baal Shem Tov, todos tenemos la chispa del Mashíaj, rogamos que este versículo se haga realidad en nuestras propias vidas.

La Meditación Mesiánica

Ahora que comprendemos que el Mashíaj está representado por la letra dalet de ejad, (aunque en esencia el Mashíaj se relaciona con las tres letras de ejad y no sólo con la dalet), podemos proceder a la tercera meditación.

Esta invierte el orden de nuestra meditación. Primero, los cuatro espíritus de los vientos descienden sobre nosotros, para que luego podamos salir y llevar la conciencia de la unidad absoluta de Di-s a toda la creación.

Chimenea, Ventana, Puerta

Un dicho jasídico dice que el Mashíaj puede venir a través de la chimenea (arubá, que comienza con alef), o posiblemente volando a través de la ventana (jalón, comienza con jet) o entrará a través de la puerta (delet, comienza con dalet). Las primeras letras de cada una de estas entradas posible forman la palabra ejad.

Estas tres posibilidades para la llegada del Mashíaj son las tres imágenes a las que aspiramos cuando pensamos en su llegada. Mientras que la aparición del Mashíaj en la chimenea es algo extraordinario, que entre por la ventana no lo es tanto, mientras que la última, a través de la puerta, es la más natural de las tres.

Mashíaj Bajando por la Chimenea

El Mashíaj puede ser cualquier cosa y es todo. Como es lógico, podemos imaginar fácilmente un Mashíaj humano entrando por la puerta, pero la imagen de una chimenea es menos directa ya que se asocia claramente con el humo y el fuego. En cabalá, “el humo”, (en hebreo “ashán“, ver la porción de Itró) es un acrónimo de las dimensiones de la realidad: espacio, tiempo y alma. La primera tarea del Mashíaj es eliminar completamente todo mal y sufrimiento. El Mashíaj como fuego es la imagen del mal consumiéndose en llamas sobre latierra. La aniquilación del mal es el punto de partida necesario para el Mashíaj, pero desde allí deberá seguir progresando.

Mashíaj a través de la ventana

La imagen de algo que entra volando por la ventana es la del ave. En el Zohar está escrito que mientras el Mashíaj aguarda para redimirnos, se sienta en el nido de un ave. El valor numérico de la palabra tzipor, “pájaro”, es 376, igual que la palabra shalom, “paz”. Luego de eliminar el mal y el sufrimiento, el Mashíaj procederá a traer la paz absoluta y universal sobre la tierra.

Mucha gente puede pensar erróneamente que la culminación de la misión del Mashíaj es esta de traer la paz, sin embargo, el Mashíaj debe también acceder a la etapa siguiente, y entrar por la puerta.

El Mashíaj a Través de la Puerta

La imagen del Mashíaj entrando por la puerta es la del novio perdido por tanto tiempo que se reúne con su amada novia, como se describe en el Cantar de los Cantares. Es la unión del Pueblo Judío con Di-s y del mundo entero con Di-s.

Cuando meditamos en ejad, nos conectamos con esta experiencia de infinito amor de las delicias. Es la máxima manifestación de la unidad perfecta de Di-s en nuestras almas y la más esencial de las tres imágenes. Como se explicó arriba, el valor numérico de ahaba, “amor”, es (13) al igual que ejad.

La unicidad absoluta de Di-s se manifiesta como el amor de las delicias con Israel.

Paz y Amor

Jasidut explica que por cuanto que la paz involucra necesariamente un pacto entre al menos dos entidades opuestas, el concepto de paz sólo puede comenzar a existir después de la contracción inicial de la luz infinita de Di-s, cuando comienza la creación de un ente aparentemente separado. El Rebe de Lubavitch agrega que el concepto de amor es el de dos amantes manifestando un estado de unidad absoluta. Como tal, el amor existe previamente a dicha contracción, ya que es la manifestación de la luz de Di-s. Esto es especialmente cierto respecto al epítome del amor, el amor de las delicias entre Di-s e Israel.

Los Elementos

Esta progresión de la llegada del Mashíaj en tres etapas está bellamente ilustrada de acuerdo a los cuatro elementos. El Mashíaj viene a redimir al pueblo, representado por el elemento de tierra o polvo. Primero se manifiesta a través de la chimenea como fuego, luego por la ventana como viento y finalmente a través de la puerta como agua.

La Conexión entre Agua, Puerta y Amor

En hebreo, la palabra para un manantial de agua es deli, que comparte una raíz con delet, “puerta”.

El manantial de Miriam proveyó a Israel con agua mientras avanzaban por el desierto. Cuando llegaban a cada lugar de campamento, un arroyuelo de agua fluía desde el manantial directamente hasta la puerta de cada tienda.

En el Tania, el Alter Rebe explica que esta es la imagen del novio amado entrando por la puerta y volviendo a casa a su novia anhelada. Este es el amor (13) de las delicias de Mashíaj manifestándose como la unidad absoluta (ejad, 13) de Di-s y su novia, Israel.

En resumen:

MeditaciónAlefJetDalet
Shulján ArujDi-s, El EsencialLa Unidad de Di-s permeando la realidad a través de los siete firmamentosLa Unidad de Di-s esparciéndose en todas las direcciones
JasidismoOrigen del alma en la unidad absoluta de Di-sDescendiendo del alma por los siete firmamentos hasta el cuerpoMisión Divina del alma
MesiánicoArubá, chimenea Aniquilación del malJalón, ventana Paz sobre la TierraDelet, puerta Amor de las delicias

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