Lloró en su Cuello 

וַיִּפֹּל עַל צַוְּארֵי בִנְיָמִן אָחִיו וַיֵּבְךְּ וּבִנְיָמִן בָּכָה עַל צַוָּארָיו

Vaipol al Tzavarei Biniamín Ajiv Vaievej uBiniamín Bajá al Tzavarav

“Y cayó sobre el cuello (tzavarei) de su hermano Biniamín y lloró y Biniamín lloró sobre su cuello (tzavarav)”.

Este versículo enfatiza el cuello. Parece que el llanto y el cuello están conectados de alguna manera. ¿Cómo?

Gramaticalmente, la raíz de la palabra hebrea para ‘cuello’,tzavar, צַוְּארֵי, no es simple gramaticalmente. Tzavar podría estar relacionado con צר, tzar, ‘estrecho’, el estrecho canal entre la cabeza y el cuerpo. Podría estar relacionado con tzir, ציר, ‘eje’, el eje sobre el que gira la cabeza. Y podría estar conectado atzur, צור, ‘roca’.

En cualquier caso, hay algo único en la palabra tzavar que aparece en este verso en forma plural, tzavareitzavarav. ¡Porque después de todo solo tenemos una cabeza y un cuello! La explicación es que cuando miramos el cuello, vemos más de un lado de él. Esta es la belleza especial que se puede encontrar en la multiplicidad.

El cuello es el cordón que conecta la cabeza y el cuerpo. Es el “medio que conecta” los dos extremos. Si es así, podemos pensar que el cuello está en un nivel más bajo que la cabeza, pero en verdad, para que un intermediario conecte dos extremos tiene que tener algo más elevado que los extremos que está uniendo. No es nada simple conectar nuestro elevado lado intelectual, la cabeza, y nuestro lado emocional, el corazón. Para hacerlo necesitamos el cuello, que refleja lo que está sobre la cabeza, la parte oculta e inconsciente de nosotros que está por encima del intelecto y el pensamiento.

El llanto de Iosef y Biniamín es una expresión de un nivel muy elevado. El llanto profundo e interno está conectado al nivel más elevado del alma, ‘Iejidá’, ‘Singular’ del alma, que no puede ser percibido por nuestras herramientas intelectuales regulares, sino que estalla en llanto y lágrimas. La palabra hebrea para ‘llorar’, b’jiá, בכיה, tiene el mismo valor numérico que יחידה, ‘Iejidá’. Esta revelación se expresa específicamente en el cuello, por eso lloran uno en el cuello del otro.

Anexo: Pregunta sobre el cuello

More, podrías darnos una ampliación de la lección relativa al cuello de ser humano y su función de comunicación. Con relación Al Kotel y su función de comunicación con Hashem.

R.: El cuello es el concepto del intermediario que conecta dos extremos opuestos. La cabeza y el corazón, el cuello. la mente y las emociones el daat, la conciencia. Lo espiritual y lo material, los preceptos de la Torá. Dios y la Creación, Adam. La Voluntad Divina y los pueblos del Mundo, el pueblo de Israel. Dios y el pueblo de Israel, el líder o moshé de la generación. El principio y el final, el mashíaj y la redención.

Amen: ¿Entonces el Kotel es el intermediario que conecta al Ser Humano Con Hashem?

R.: El Kotel es el muro occidental que rodeaba al Templo, de ese lado está el lugar más sagrado el Kodesh Hakodashim donde entraba el Cohen Gadol en Iom Kipur para elevar todas las plegarias del pueblo y recibir la bendición del Creador. Hasta que se reconstruya no podemos entrar a ese lugar porque no podemos cumplir allí los preceptos como las ofrendas y demás. Lo que queda es esa pared que es llamada El Portal a los Cielos: Shaar Hashamaim. Por allí pasan las plegarias de todos los seres del mundo para elevarse al Creador y Él se deleita con esas palabras, que son el motivo por el cual Hashem creó durante los 7 días primeros y hasta hoy en día sigue haciendo que existamos a cada instante. 

Cuando escucha nuestras plegarias y alabanzas, nuestros pedidos y súplicas, nuestras lágrimas y alegrías, nuestros agradecimientos y confesiones, todo eso que sale por nuestra boca y proviene del corazón, siempre el Creador escucha y responde.

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