Parte 37 La Terapia y las Sendas Jasídicas

Dentro del movimiento jasídico existen tres grandes corrientes de pensamiento y enfoque del servicio a Di-s de las que el padre de todas fue el Baal Shem Tov. Podemos asociar estas tres corrientes con los tres aspectos de la terapia, basándonos en las tres interpretaciones del verbo del versículo de Proverbios, alrededor del cual está centrada nuestra discusión de la terapia.

Tzadik, Beinoni, y Rasha

Suprimir la ansiedad por medio de la sumisión y la plegaria evoca el enfoque de Rabi Najman de Breslov. El jasidismo de Breslov se centra en el aislamiento meditativa, donde el jasid habla de sus problemas y ansiedades con Di-s, con profusa recitación de salmos y oraciones de súplica, con un énfasis general en la humildad simple y la sumisión ante el Creador. Claramente, el camino de Rabi Najman de Breslov está dirigido hacia una persona que todavía se considera en las garras de su inclinación al mal, un rashá. El consejo que ofrece y el tipo de comportamiento que desarrolla intentan principalmente cuidar a la persona de la desesperación ante su situación. Su método alienta al individuo a recordar que Di-s está con él en todo momento y en cualquier profundidad que haya caído. No importa cual sea el motivo, puede invocar a Di-s y conectarse a El a través de la plegaria.

Ignorar la ansiedad trae a la mente el sistema ético del Tania, la obra seminal del jasidismo Jabad fundado por el rabi Shneur Zalman de Liadi. En este libro, rabi Shneur Zalman divide al pueblo judío en tres tipos, basado en el grado de dominio de sus inclinaciones opuestas hacia el bien y el mal: el tzadik (justo) ha vencido su deseo de hacer el mal, el rashá (malvado) ha sucumbido a ese deseo y entre ellos dos se ubica el beinoní (persona intermedia), quien no ha vencido aún su mal deseo pero acierta a mantenerlo controlado y nunca sucumbe a él. Es virtualmente imposible volverse un tzadik por propios medios, a lo máximo que una persona pueden aspirar es volverse un beinoní, y luego si Di-s desea agraciar al beinoní y hacerlo un tzadik, entonces lo conseguirá. Por eso, la imagen del beinoní es lo que la mayoría de la gente debe trabajar por conseguir. Por cierto el Tania está subtitulado “El Libro de los Intermedios”.

El beinoní requiere y se le presenta un acercamiento psicológico a la vida en general (y a su propia psiquis en particular) diferente que el tzadik o el rashá. Por un lado tiene el valor de no ignorar el mal que todavía hay en él y no considerarse un tzadik, mientras que por otro lado debe que evitar el miedo que tiene el rashá de enfrentarse a ese mal. Antes bien, el principal objetivo de su vida es hacer frente a su propia maldad interior, personificado en su ego, que lo priva de desarrollar su relación con Di-s.

Rabi Shneur Zalmen aconseja al beinoní ignorar sus ansiedades. Debe más bien concentrarse en llenar su pozo vacío con las aguas de la Torá; así puede rectificar, aunque indirectamente, su subconciente.

Considerando que el beinoní no superó sus ansias de hacer el mal y no se liberó del deseo de permitirse cosas prohibidas, todavía no está listo para enfrentar abiertamente su lado oscuro. Nunca podrá alcanzar este nivel. Aún así, ignorando sus ansiedades y ocupándose activamente en llenar su mente de pensamientos positivos y saludables, eventualmente neutralizará los aspectos deletéreos de su subconciente.

La rara excepción a esto es el individuo que Di-s llamó a ser un justo consumado desde el día de su nacimiento. Una persona así no es obstaculizada porque no ha caído jamás del estado de gracia. Puede experimentar el anhelo por la redención en virtud de que su ser es un ente creado atado a las restricciones del tiempo y el espacio, pero a pesar de eso, nunca experimentará el dolor y el terror de saber cuánto puede agravar la situación irredimida de la realidad.

Por último, expresar verbalmente la ansiedad evoca el sendero en el servicio a Di-s de rabi Elimelej de Lizhensk y sus discípulos. Rabi Elimelej enfatiza en sus enseñanzas el rol del tzadik, especialmente cuando asume el liderazgo como rebe. Esta focalización en la completa transformación del mal en bien a manos del practicante jasídico consumado, es la máxima expresión de la visión mesiánica del Baal Shem Tov. Por medio de este proceso, el mundo comienza a experimentar efectivamente la metamorfosis que ocurrirá cuando venga el Mashiaj. Una vez que se haya alcanzado una cierta masa crítica de esta conciencia, provocará que ocurra de hecho la revelación del Mashiaj.En la enseñanzas de este ala del jasidismo, cuanto más reconozca y aprecie el pueblo en general la exaltada estatura espiritual del tzadik, más dovotos se volveran de él. Esto les evita la necesidad de enfretarse solos a su propia maldad, porque la santidad del tzadik los envuelve y neutraliza su lado oscuro, capacitándolos a establecer una verdadera y profunda conección con Di-s. En contraste con el Tania, podemos considerar a la literatura producida por estos líderes (en particular el trabajo de rabi Elimelej “Noam Elimelej”) “el libro de los justos”, libros guía para rebes y sus seguidores.

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