LA UNIFICACIÓN DE LAS SEFIROT EMOTIVAS (PARTE 1)

Los Judíos Cuentan

Cierta vez el Rebe Rashab, el quinto Rebe de Lubavitch, escuchó a sus discípulos repitiendo un dicho que venía pasando como una tradición de generación en generación, que los judíos siempre estaban contando (numéricamente). En otras palabras, a los judíos les gusta contar.

Es un estado mental, contar algo le da valor y nos hace responsables de eso que estamos contando. Siempre necesitamos ser contados y tomar cosas en cuenta. Un judío siempre se siente contado por el Todopoderoso, en primer lugar y más que nada en cuanto a los días y horas de vida. El judío quiere asegurarse que usa al máximo su tiempo, por eso en cierto sentido el judío está siempre contando, siempre tomando responsabilidad por los dones que le ha otorgado el Creador y atesorándolos.

Pero este dicho también está aludiendo a otra forma de contar. A alguien que tiene un tesoro o una colección de objetos favoritos le gusta estar contándolo una y otra vez. Como pueblo elegido de Dios, poseemos un tesoro que es infinitamente más valioso que cualquier tesoro material de oro, gemas, perlas o diamantes. Nuestro tesoro es la Torá y cumplir sus preceptos nos da el máximo placer interior y deleite que puede haber en la vida. Por esta razón, como veremos, los sabios estuvieron contando constantemente las letras de la Torá, sus palabras y sus versos. De la misma manera, cada día contamos el número de bendiciones que decimos, el número de judíos presentes (aunque en forma indirecta) para formar un minián (un quórum ritual). Y entre Pesaj y Shavuot contamos los días del Omer, como preparación y anticipación del día en que conmemoramos habérsenos entregado la Torá en el Monte Sinaí.

Comenzando por la Raíz

Uno de los principios más importantes en Cabalá es que para entender un concepto primero tenemos que observar la raíz de sus palabras. La raíz de tres letras del verbo para “contar” en hebreo es ספר, una de las raíces más importantes en el idioma hebreo.

Aunque nos centraremos en el Libro de la Formación, comenzaremos primero rápidamente reviendo las primeras apariciones de esta raíz en la Torá. La primera vez es en el verso “Este es el libro de las generaciones del hombre”. La palabra “libro”, ספר, sefer, proviene de esta raíz, y en esta oportunidad nos dedicaremos a meditar en este significado. La segunda vez que aparece esta raíz es en el verso que describe la migración de los descendientes de Noaj a partir de su hijo Shem luego del diluvio. Escribe la Torá: “y habitaron desde Meisha todo el camino hasta el borde de la montaña del este”. La palabra para “borde” (ספרה, sefará) proviene de esta raíz.

La tercera vez que aparece esta raíz es en uno de los eventos más importantes en la vida de los patriarcas. En esta instancia, la raíz también aparece en el sentido de contar.

Él [Dios] sacó a Abraham afuera y le dijo: “Observa el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Así [de numerosa] será tu descendencia.” Y [Abraham] tuvo fe en Dios, y lo consideró como un acto de caridad hacia él.

Estos versos revelan algo muy profundo acerca del acto de contar y posiblemente acerca de la razón de que los judíos estemos siempre contando. Esta es la primera vez que aparece la palabra “fe” en la Torá, entonces nos está diciendo que hay algo en el contar que nos mueve hacia la fe. De alguna manera, a través del acto de contar Abraham se convirtió en el primer creyente.

Por cierto, el contenido del primer libro cabalístico, el Libro de la Formación, es atribuido a Abraham y se centra en dos tópicos principales, la cuenta y el significado de las estrellas. Está claro entonces que hay una profunda conexión entre el verso en el cual Dios le dice a Abraham que cuente las estrellas y el Libro de la Formación.

Su primera frase es: 

“Dios creó el mundo con tres libros: un autor, un libro y una historia.”

Estos tres sustantivos, libro (ספר, sefer), autor (סופר, sofer) y historia (סיפור, sipur) provienen de la misma raíz de tres palabras ספר. Este libro describe a los tres instrumentos de la creación relacionados a la misma raíz de tres letras de donde viene el verbo “contar”. Utilizando el sustantivo más simple, “libro” ספר, el Libro de la Formación nos está diciendo que, por supuesto metafóricamente, Dios creó el mundo a través de los tres aspectos de un libro.

Comencemos a meditar acerca de lo que puede sugerir la imagen de un libro. Sabemos que nosotros, el Pueblo Judío, somos llamados generalmente el pueblo del libro. Esto tiene que ver con el hecho que somos el pueblo eterno en la tierra. Somos eternos en mérito de que creemos en el Libro, es decir la Torá. Entonces, una manera de entender la metáfora de Dios creando el mundo con los tres aspectos de un libro es decir que Dios creó la realidad con tres dimensiones de la Torá.

Pero, podemos tomar esta afirmación desde un punto de vista más conceptual aun y decir que cada libro tiene tres dimensiones y con estos Dios creó el mundo. A medida que avancemos vamos a definir estos tres aspectos de un libro conceptualmente.

La Cuenta y las Sefirot

La raíz de libro, ספר, sefer, es también la raíz de lo que posiblemente es el concepto más importante en Cabalá, la sefirá, ספירה. Dios creó el mundo por medio de 10 canales de emanación llamados sefirot. Esto sugiere por supuesto que si pudiéramos ver cómo los tres aspectos del libro corresponden a tres de las diez sefirot, podríamos tener un excelente entendimiento conceptual de lo que representan cada uno de estos aspectos.

Pero ¿cuáles sefirot representan las 3 dimensiones de un libro? De acuerdo a los comentarios del Libro de la Formación, los tres libros (o aspectos de un libro) corresponden a las tres sefirot intelectuales, sabiduría, entendimiento y conocimiento. Más específicamente:

  • el autor (o escriba o contador) del libro (סופר, sofer) corresponde a sabiduría.
  • el libro en sí mismo (ספר; sefer) corresponde a entendimiento y
  • la historia (סיפור, sipur) corresponde a la sefirá de conocimiento.

La relación entre sabiduría y entendimiento está asociada a la de padre y madre. El principio padre entonces es la sabiduría y el autor del libro; el libro es la madre; la historia relatada en el libro, el conocimiento, es la fuerza que une a los dos.

Un autor se sienta a escribir un libro si tiene una historia que contar, por eso, la historia une al autor con el libro que está produciendo. De la misma manera, el conocimiento es la conexión que une al hombre con su esposa, como en el verso “Y Adam conoció a su mujer, Eva”. Pero el conocimiento no es sólo la sefirá que (más que ninguna otra) une lo masculino y lo femenino, es también el producto de cada una de esas uniones exitosas. Por esta razón, así como el producto de un matrimonio físico entre un hombre y una mujer es su descendencia, la sefirá de conocimiento es llamada también “el primogénito” (ברא ברוכא, bra bruja). La Torá exige que no sólo respetemos a nuestros padres, sino también a su primogénito/a, porque espiritualmente ya incluye a todos los hijos que ha de tener la pareja. Entonces, si el primogénito es la sefirá de conocimiento, el resto de la descendencia corresponde a las restantes 7 sefirot, de bondad a reinado.

De la primera frase del Libro de la Formación hemos aprendido que la creación comienza sólo con las 3 sefirot intelectuales, jojmá, biná y daat. Normalmente, asociamos los 7 días de la creación con las 7 sefirot inferiores ya nombradas, correspondiendo cada una de la siguiente manera:

díasefirá
1bondad
2rigor
3belleza
4victoria
5reconocimiento
6fundamento
7reinado

Pero hay muchos versos explícitos en la Biblia que describen a una o más de las sefirot intelectuales como un instrumento con el cual Dios creó el mundo. Por ejemplo “Dios fundamentó la tierra con sabiduría; ubicó los Cielos con entendimiento”. Para mediar entre estas dos descripciones de la creación, necesitamos entender cómo se reflejan las tres raíces espirituales en los siete poderes emotivos del alma que corresponden a los siete días de la creación.

Jabad y sus Hijos

Como las iniciales de las siete sefirot intelectuales forman el acrónimo jabad (חכמה-בינה-דעת, jojmá, biná, daat) otra forma de expresar esta idea es que estamos interesados en ver cómo jabad se refleja en sus hijos. 

Lea, nuestra matriarca, tuvo seis hijos y una hija. Ella es el modelo perfecto para simbolizar esta relación. Lea es el alma arquetípica de entendimiento, el principio madre.

Los seis hijos son las sefirot desde bondad hasta fundamento y la hija es el reinado. Cada sefirá está asociada con una experiencia interior y fuerza motivadora. Para las siete sefirot inferiores estas son (la tercera línea de cada sefirá):

גבורה  guevuráחסד jesed
rigorbondad
temoramor
תפארת tiferet
belleza
misericordia
הוד  hodנצח netzaj
agradecimientovictoria
sinceridadconfianza
יסוד iesod
fundamento
verdad
מלכות maljut
reinado
humildad

Sabiduría: Un Contador, un Escriba y un Autor

La clave para entender cómo se proyectan las 3 sefirot intelectuales en las 7 inferiores puede hallarse en los tres significados de la palabra sofer, סופר. Dijimos antes que la traducimos en principio como “autor”, pero también significa “contador” y “escriba”.

Comencemos notando que los sabios son llamados sofrim, el plural de sofer. ¿Pero en cuál de estos tres sentidos de la palabra? Escribe el Talmud que fueron llamados así porque contaban y recontaban las letras y los diferentes fenómenos que se encuentran en la Torá escrita. Aunque su objetivo era asegurarse de que no se alterara la Torá, su motivación fue su amor intenso por cada diminuto detalle de la Torá. En nuestros días tenemos computadoras que pueden hacer la misma tarea y más rápido. Pero, para ellos, su mente era una computadora espiritual y emocional que contaba. Las personas que están involucradas en este tipo de estudio notan que esto crea el nexo emocional más profundo con la Torá y brinda un tremendo placer.

Sofer también significa escriba, la persona que escribe la Torá escrita, tefilín o mezuzot. La Torá no puede ser copiada con una máquina, porque el alma debe participar en el acto. En español, escriba y contador son conceptos muy diferentes, y ciertamente un autor es muy diferente a un escriba. El escriba no es un autor, simplemente copia lo que ponen en sus manos. En realidad, “copiar” (להעתיק, lehaatik) es otro verbo en hebreo, de donde proviene un concepto muy profundo en Cabalá llamado Atik, (עתיק) la parte más elevada y profunda de la corona supra racional. Se llama así porque tiene la capacidad de copiar los mundos superiores en los inferiores.

En cualquier caso, ser un escriba, que copia la Torá, no significa ser un autor. El autor es Dios que entregó el libro. Autor, como dijimos, es el significado de sofer mencionado primero, correspondiente a la sefirá de sabiduría. Ahondando un poco más podemos encontrar una alusión a sus tres diferentes capacidades. En el Nombre esencial de Dios, Havaiá, esta sefirá está representada por la primera letra, la iud, que en el Zohar es llamada un “punto”.  A diferencia de la noción geométrica de un punto, que no tiene dimensiones, la iud es un punto que tiene forma y por esta razón es llamada un “punto dibujado”, (נקודה מצוירת, nekudá metzuieret) y cuando se escribe en un rollo de la Torá se ve así: 

http://www.inner.org/kabbalah/intermediate/unification_02.gif

Tiene tres partes, la punta superior, el cuerpo de la iud y el punto inferior. Estas tres partes corresponden a los tres significados de sofer.

Tres Unificaciones de Sabiduría y Entendimiento

Hemos hablado acerca del significado de los tres aspectos de “autor” (sofer) que relacionamos con sabiduría y el principio padre. Podemos explicar que cada uno de los significados resulta en una relación diferente entre el padre y la madre, el libro en sí mismo. En cada caso, la unificación se produce a través de la sefirá de conocimiento superior (oculta), representando la historia. Las tres formas de unificación son:

  • el autor con el libro
  • el escriba con  el libro
  • el contador con el libro

Las tres formas de unificación tienen que ver con la forma en que sabiduría se unifica con entendimiento, pero cada vez la relación entre ellos es diferente, y por lo tanto el producto también es distinto. Hemos llamado “descendencia” al producto de la unificación de sabiduría con entendimiento (a través del “conocimiento supremo”, daat elión). Ahora seremos más específicos y diremos que la descendencia no es simplemente las siete sefirot inferiores, sino el poder de unificación que une a cada una en sí y entre ellas. Este poder es llamado la sefirá de conocimiento inferior (revelada) o daat tajtón.

Tres Unificaciones en las Sefirot Inferiores

Las 3 unificaciones diferentes entre sabiduría (como autor, contador y escriba) y entendimiento, produce el poder de las tres diferentes unificaciones que tienen lugar en las siete sefirot inferiores. Observando el cuadro de los tres ejes de las sefirot inferiores, señalaremos explícitamente las tres unificaciones:

גבורה  guevuráחסד jesed
Rigorbondad
Temoramor
תפארת tiferet
belleza
misericordia
הוד  hodנצח netzaj
agradecimientovictoria
sinceridadconfianza
יסוד iesod
fundamento
verdad

מלכות maljut
reinado
humildad

La primera unificación es bondad y poder reuniéndose en la sefirá de belleza. Las dos manos unidas que abrazan, equivalentes a Abraham e Itzjak que se unifican en el tercer patriarca Iaakov.

La segunda es entre victoria y reconocimiento, o utilizando sus expresiones vivenciales o de comportamiento, entre confianza y sinceridad. Estas son las dos sefirot que trabajan juntas como las dos piernas del cuerpo. La pierna derecha es relativamente masculina y la izquierda femenina. A diferencia de los brazos que pueden actuar individualmente, las piernas no caminan (su función básica) independientemente. Entonces, la segunda unificación es considerada más fuerte que la primera. En la introducción de Tikunei Zohar, las sefirot de victoria y reconocimiento están asociadas también a los dos platillos de la balanza, donde sólo se puede pesar si están ambos en su lugar.

La tercera unificación es la más explícita y directa: entre fundamento y reinado. En la forma del ser humano, fundamento está asociado al órgano reproductivo masculino y el reinado a su esposa. Entonces, siempre que hablemos de masculino y femenino en las sefirot, la correlación más fuerte es entre fundamento y reinado.

Entonces, la primera unificación es entre 3 sefirot, y la segunda la tercera entre 2.

La Unificación de Fundamento y Reinado

Esta es la más fácil de entender. Una de las metáforas que encontramos de la forma en que se conectan es la del arco y la flecha. Es una metáfora universal, que aparece en las tradiciones reveladas y ocultas de la Torá. El arco arrojando una flecha es una metáfora de cómo el fundamento dispara su luz seminal para impregnar a reinado.

Fundamento es llamado el tzadik, fundamento del mundo, צדיק יסוד עולם, tzadik iesod olam, El tzadik de la generación es el Moshé Rabeinu de la generación cuyas flechas son sus enseñanzas. Las apunta hacia la novia, la congregación de Israel, para impregnarla y curarla a la vez de sus varias enfermedades.  

La unificación entre fundamento y reinado también puede ilustrarse como un escriba escribiendo letras de tinta en un pergamino (klaf). La pluma que utiliza representa el fundamento y las gotas de tinta son lo que lo unifican con el klaf, que representa el reinado. De esta imagen queda claro que el poder que unifica fundamento y reinado surge de la sabiduría del escriba, unificándose con el entendimiento.

Agreguemos otra idea acerca de la imagen del escriba y el pergamino. En hebreo, tinta (דיו; dio) es una permutación del nombre de la letra iud (יוד), que describimos antes como aludiendo a los tres aspectos de la sabiduría. Por cierto, de las tres unificaciones entre las siete sefirot inferiores, esta es considerada la más global, porque representa la unificación arquetípica de masculino y femenino. Esta imagen en particular es un lugar común, a pesar de que la mayoría de la gente use computadora hoy en día. Nos da un ejemplo de cómo deben ser entendidas conceptualmente las acciones diarias a la luz de la Cabalá. Como enseñó el Baal Shem Tov, todo lo que uno hace es lo que está sucediendo en la realidad superior, celestial.  

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