ENFERMA DE AMOR

“YO DUERMO Y MI CORAZÓN ESTA DESPIERTO”

Partzuf de “Y se le presentó Iehudá” – Desde Keter hasta Biná


Ahora tenemos que completar el Partzuf. Cómo explicamos el secreto de Iosef y Iehudá.
Dijimos que en toda sefirá se encuentran los aspectos de Iehudá y Iosef. Está el rey inferior y el rey superior. 


Keter: Iosef – Taanug – el Placer; Iehudá – Cabalat Ol – Aceptar el Yugo Divino (Ratzón – Voluntad) 


Ya hablamos de Keter. Es sabido que el interior de Keter es el Placer y el exterior es la Voluntad. Los dos partzufim-perfiles son Atik Iomín y Arij Anpín. Iosef es el interior de la Corona, el placer Divino en el Servicio a Dios. Está escrito que el elemento básico del placer de Keter es el Ain, “la Nada” llamada “reisha de Ain”, la cabeza de la Nada”. El hombre es nada, pero así como es nada tiene la revelación del iesh, el “ser” verdadero, y esto también lo siente su cuerpo. 


Se cuenta de uno de los grandes tzadikim, Rabi Najum de Tchernobil autor de la obra Meor Einaim, que su cuerpo realmente engordaba por el placer Divino que sentía al contestar el kadish “Amen, iheé Shmé raba”, “Amen, sea Su gran Nombre”. No tenía nada qué comer y era muy pobre, pero era obeso. ¿Cómo podía engordar sin comer? Engordaba también corporalmente, por el “Amen, sea Su gran Nombre”. Es decir, el placer Divino por un lado es la nada, pero por otro lado el placer del cuerpo supremo, el Ser Supremo, se refleja también en el cuerpo de abajo en el mes de Tevet. 


Todo esto se refiere al aspecto de Iosef en Keter. ¿Quién es Iehudá en Keter? Keter es el servicio realizado por encima de todo motivo y comprensión. Allí está Iosef, el placer Divino por encima del raciocinio. Y también Iehudá, como explicamos antes Iehudá es recibir el yugo Divino por encima de todo motivo y comprensión. ¿Qué es superior, aceptar el yugo o el placer Divino? Esto es por cierto un tema muy profundo en Jasidut, en Jabad, porque cada uno tiene su virtud.


Voluntad-Ratzón, como “Correr hacia Dios” y Voluntad como recibir el Yugo en esencia


Respecto a la voluntad, en esta palabra “ratzón”, רצון , hay una connotación de tremendo ratzó, “correr” hacia Dios, yo quiero a Dios, también un movimiento de abajo hacia arriba, como explicamos que Iehudá implica un movimiento ascendente. Y por otro lado está esa otra voluntad que es todo cabalat ol, aceptación del yugo del reino del Cielo. Un ratzó que no significa una emoción tremenda, sino el deseo del siervo simple de hacer siempre la voluntad de su amo sin pensar en otra cosa. Es decir, no se trata de la voluntad de pasión emocional de anularse e incluirse en Dios, sino simplemente el deseo del siervo verdadero que no tiene nada en la vida más que su amo, sólo cumplir la voluntad de su amo. 


Esto es por supuesto algo que está por encima del entendimiento, algo típicamente judío. Así lo expresa el dicho jasídico: “el judío es en esencia un aceptador del yugo”. La esencia es el Keter, la corona, lo que está por encima de todo motivo y comprensión, y la esencia del judío es recibir el yugo del Cielo, no la voluntad de correr hacia, sino simplemente el deseo de ser uno con Dios haciendo Su voluntad. Su propia voluntad es la Voluntad de Dios, y se anula a la voluntad de Dios en todo, de todo y todo.


Una parada en la estación de “recibir el yugo” antes de llegar al “placer Divino”


Nuevamente, uno se puede preguntar ¿qué es superior, quien por esencia es “recibir el yugo del reino del Cielo” más allá de la lógica, que es Iehudá, o el “placer Divino”, (Iosef)? Por supuesto tiene que haber luz, y la luz es taanug, placer. Recibir el yugo del Cielo es el cli, “el recipiente”, y está escrito que su raíz está por encima de la luz, en la Fe Simple, Radl”a, “la cabeza incognoscible”, el placer del mundo por venir como ya explicamos, “todavía David se engrandecerá”, y “la mujer virtuosa es la corona de su marido”. Entonces, en Keter la regla general es que Iehudá implica recibir el yugo del reino del Cielo.


“Y se le presentó Iehudá”, recibir el yugo del reino del Cielo se acerca a suplicar, “Por favor mi señor, dirá tu siervo palabras a los oídos de mi señor”, al placer Divino. El placer Divino hace el bien en la práctica, aquí es rey, todo sale de su boca.


La Raíz del Esclavo en Arij, “El esclavo del rey, es rey”


¿Cómo vemos aquí que Iehudá es recibir el yugo del reino del cielo? Está escrito en todos los libros que Iehudá resalta constantemente que es un esclavo, a lo largo de todo este diálogo. También en el primer verso “Por favor mi señor, hablará tu siervo palabras a los oídos de mi señor, y no te enojes con tu siervo, porque eres como el Faraón.” Varias otras veces se presenta luego como “abadeja”, “tu siervo”, y en verdad le pide ser esclavo en vez de Biniamín. Soy un mejor siervo para todo servicio, para todo uso, soy mejor que Biniamín. Así le dice a Iosef. El espíritu aquí es que Iehudá es el esclavo, el siervo fiel, el siervo simple. La raíz del esclavo está en Keter, a tal punto que “el esclavo del rey es rey”, Arij (la voluntad, el exterior de Keter), significando el rey. Allí está el rey, y allí también está el siervo que es en sí mismo un rey. Pero, nuevamente, el que manda, el que reparte, suministra y tiene la influencia y la luz es Iosef.


Iosef: “amor con placeres”; Iehudá: “enferma de amor”


Tomando esta idea y la extendemos, está escrito que el placer de Iosef es como está dicho en El Cantar de los Cantares “que bello y que agradable el amor con placeres”. Y respecto a Iehudá, dijimos que es alguien en permanente peligro, y a veces se pone a sí mismo en peligro, y en el momento del peligro tiene problemas, sufre. 


En cambio Iosef, incluso estando en la cárcel, se divierte en medio de las limitaciones de Egipto, siente placer. Encerrado en la cárcel, en el pozo, con las serpientes y los escorpiones, dentro de la prisión, Hashem lo hace triunfar en todo lugar. “Y le mostro bondad”, en donde se encuentre Dios muestra bondad, le hace bien. Por más que se halle en problemas vemos que, por naturaleza, se deleita y es mimado. Quien es consentido, si no lo quiebran, si resiste la prueba tal como Iosef, sigue divirtiéndose y sintiéndose mimado. 


En cambio Iehudá no es un niño consentido, para nada. Es alguien que atraviesa todo tipo de conflictos en la vida, dificultades y situaciones de crisis, que le causan sufrimiento. ¿Acaso Iehudá no quiere el placer Divino? No lo tiene pero lo desea. ¿Cómo se lo llama a Iehudá en el Cantar de los Cantares? Es un tema por sí mismo en Jasidut, de acuerdo al Admur Haemtzaí de Jabad en su obra “Derej Jaim”, también un verso del Cantar de los Cantares, se lo denomina “soy una enferma de amor”. A Iosef se lo llama “que bella y qué agradable, el amor con placeres”, pero Iehuda es llamado “porque soy una enferma de amor”. 


El Admut Haemtzaí, el segundo Rebe de Jabad, Rabi Dovber, explica que estos dos niveles provienen del mismo lugar, del Keter por encima de la comprensión. Iehudá pertenece al amor con placeres, salvo que no lo posee. ¿Cómo se expresa esto? Está enfermo, “enferma de amor”. El enfermo es uno de los cuatro que tienen que agradecer al curarse, pero permanece “enferma de amor”.


Iosef: un judío en la redención. Iehudá: un judío en el exilio


¿Cómo explica además el Admur Haemtzaí “qué bello y qué agradable el amor con placeres” frente a “porque soy una enferma de amor”? Es el judío en el tiempo de la redención frente al judío en el tiempo del exilio. Iosef delinea al judío en la época del Templo, en la época de la redención, y por eso siente placer “amor en los placeres”. Iehudá, por el contrario, es el pueblo de Israel en el exilio.


¿Dónde hay más mesirut nefesh, entrega de la vida, más esencia? Esto es también una de las grandes novedades del Jasidut, hay más esencialidad en el tiempo del exilio. Y así interpreta el Baal Shem Tov el verso [ver Salmo 63] “así (anhelo) verte en el santuario”. Ojalá que cuando vuelva al santuario tenga los mismos anhelos que tuve en el tiempo del exilio, cuando estuve en “una tierra sedienta y cansada sin agua”. Hay algo en “mi alma está sedienta de Ti, mi carne te anhela, en una tierra sedienta y cansada sin agua”, que cuanto más retornemos a Tzión con canto, cuanto más santuario tengamos, más decimos que ojalá en el Templo Sagrado te anhele como en el desierto.


Entonces, “y se le presentó Iehudá” es cuando el exilio se aproxima a la redención. Ambos tienen su raíz en el Keter. La raíz de la redención en Keter es el placer, el amor con placeres, y la raíz del exilio en Keter es “porque soy una enferma de amor”. De todas maneras, de acuerdo a esta explicación se puede entender que este verso nos está hablando verdaderamente a nosotros en estos días. Que el exilio se acerca para unirse a la redención. “Y se le presentó Iehudá” se produce en la época de los talones de los talones del Mashíaj, ahora mismo.


Iehuda duerme y Iosef está despierto 


Ahora, de aquí surge algo más, muy profundo escrito en Jasidut, respecto a “Y se le presentó Iehudá”. ¿Quién es Iehudá y quién es Iosef? Todo esto es en Keter. Sobre el exilio está escrito: “Yo duermo y mi corazón está despierto.” Yo duermo en el exilio. Es decir que si Iehudá simboliza al judío en el exilio, al judío con su entrega de la vida, con su aceptación del yugo del reino celestial, y sin tener provecho de los preceptos, sólo la aceptación del yugo de los preceptos, si esto es Iehudá, está escrito que si Iehudá está en el exilio significa que duerme “Yo duermo en el exilio, y mi corazón está despierto”. De todas maneras, “mi corazón está despierto” es como aquel que duerme, pero tiene un sueño muy vívido, pero al fin de cuentas duerme.


Por el contrario, Iosef está despierto, como nuestro canto “Titorer, titorer”, “Despierta, despierta”. “Estábamos como soñando” en el exilio, de acuerdo a una interpretación. Así está escrito literalmente en Jasidut, que Iosef es el judío despierto en la redención y en cambio Iehudá es el judío que duerme en el exilio (con “mi corazón despierto” por dentro, pero en definitiva está dormido). ¿Por qué queremos justamente esta parábola, de acuerdo al verso “yo duermo y mi corazón está despierto” del Cantar de los Cantares? Iosef está despierto, quien es el placer verdadero está despierto, y quien hace las cosas por aceptación del yugo del reinado celestial, duerme.


Lo explican así: se dice que la persona despierta capta todos los detalles de la realidad, todo lo que experimenta a su alrededor, como algo unificado, como un bloque entero. Como cuando el cuerpo está en acción lo sentimos como un bloque, y no sentimos los miembros por separado. Es algo muy interesante, la definición de despierto es que todo el mundo alrededor es algo unificado.


Un mundo unificado o un mundo dividido


¿Qué es el sueño? La persona que duerme experimenta cada fenómeno del mundo como algo separado. No es algo sencillo de entender. Nuevamente, para la persona dormida los fenómenos que vivencia están separados entre sí. Es decir, vive en una realidad plural. En cambio, la persona despierta se la define como alguien que vive en una realidad de la unión, la unificación. ¿Qué quiere decir? Si la persona siente diferencia y separación en la realidad, en el mundo en que vive, es una señal de que estás dormido.


No siempre la persona sabe si está despierta o dormida. Aquí, de acuerdo a estas enseñanzas del Jasidut, hay una señal muy clara. Si para ti todo el mundo es uno, significa que está despierto. Si para ti hay toda clase de fenómenos diferentes, contrapuestos entre sí, vives en un mundo lleno de contradicciones, es una señal de que tú duermes. Esta es el estado del sueño. Iehuda vive en un estado de sueño y Iosef vive en estado de vigilia. El sueño es el estado de exilio y la vigilia es la situación de redención. Iehuda vive en un estado de exilio, dentro del sueño hay fenómenos extraños y contradictorios. 


Está escrito que en el sueño coexisten cosas opuestas, contradictorias, todo el tiempo. Y allí Iehudá tiene una aceptación llana del yugo del reino celestial, y allí los preceptos que realiza “no le dan placer”. Pero Iosef es alguien completamente diferente, él ve las mismas cosas, en esencia ven el mismo mundo, lleno de niveles diferentes, sólo que Iosef está en Keter, en verdadera “equivalencia”, (שוה , shavé, letras finales de ויגש אליו יהודה , vaigash elav Iehudá, “y se le presentó Iehudá”), porque “puse [shiviti] siempre a Hashem frente a mí” de verdad, y por eso todo lo que ve, todo lo que sucede, es una sóla foto que refleja a Dios, el Amo del Mundo, con simpleza. Por eso sucede que “La Divinidad es la existencia y los Mundos son la novedad”, como lo expresa Jasidut. 


Para Iehudá es exactamente lo contrario, vive en un sueño donde “los Mundos son los que existen”, los mundos son cosas diferentes, personas diferentes, opiniones diferentes, cada uno es diferente al otro. Eso es lo lógico para Iehudá, para él esto es lo normal. Si alguna vez surge un relámpago, un rayo de Divinidad, a eso se lo llama “Lo Divino es la novedad”, pero los “mundos es lo normal”. La raíz de ambos, tanto del despierto como del dormido está en Keter.


Dormir es algo Antiguo


Dormido, יָשֵן , ioshén, también con el significado de יָשָן , iashán, “antiguo”. ¿Cómo se traduce iashán al arameo? עתיקא , atika, allí está su raíz. La raíz de las dos situaciones es Keter, tanto del ajdut, “la unión”, como del ribui, “la pluralidad”. Tiene que haber pluralidad, porque la pluralidad es la integridad, la plenitud de Dios, Dios es שלמותא דכולא , shlemuta decula, la “integridad de todo”. Hay una pluralidad infinita, “מה רבו מעשיך הוי'” , “má rabú maaseja Havaiá”, “cuán múltiples son Tus actos, Dios”. Y junto con la pluralidad, justamente después de haberse revelado esa multiplicidad en la realidad, Hashem permanece “Uno, Único y Exclusivo”, אחד יחיד ומיוחד , Ejad, Iajid uMeiujad.


La revelación de la integridad de Dios es la revelación de la pluralidad. ¿Pero cuál es la diferencia entre Iosef y Iehudá? La complesión de Dios está en Atik, el interior de Keter, y allí está la raíz de la pluralidad de la realidad, salvo que Iehudá por el momento capta esto como que cada parte se opone a la otra, cada uno está en contra del otro y separado del otro. Y Iosef ve la integridad tal como es, que existe toda esta multiplicidad, y Hashem es Uno, Unico y Exclusivo, a uno lo llaman despierto y al otro lo llaman dormido. Ahora que cada uno decida si está despierto o dormido…

  
El sufrimiento del iehudí es el estado de sueño


De todas maneras, hasta aquí “Y se le presentó Iehudá” en Keter. De acuerdo a esta meditación, para Iehudá hay sufrimiento y aflicción porque justamente la plenitud de Dios lo confunde, porque la plenitud de Dios es la pluralidad, pero percibe las cosas como separadas de Dios, ese es el sufrimiento que tiene en su vida, el sufrimiento es dormir. 


¿Cúal es el mensaje? Si el judío sufre, está durmiendo. El judío no necesita sufrimiento para nada, y no hay sufrimiento cuando estás despierto. Cuando estás despierto está todo bien, salvo cuando duermes hay sufrimiento. Por eso “y se le presentó Iehudá”, el sufrimiento de la multiplicidad, que en esencia es la revelación de la integridad de Dios, que te produce sufrimiento cuando estás dormido. Quiere dejar de sufrir (porque “mi corazón está despierto, se acerca a Iosef el tzadik, al despierto, porque también se quiere despertar. “Titorer, Titorer”. 


Hasta aquí Keter de Iehudá y Iosef.

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