MENAJEM AV

Se acostumbra agregar al Jodesh Av, el quinto mes del año judío (cuyos meses se comienzan a contar desde Nisan) el nombre Menajem (“el que consuela”, “reconfortador”; el nombre del Mashíaj), llamándolo de esta manera Menajem Av.

En el libro de Lamentaciones que leemos en Tishá beAv, que es el día de la destrucción del primero y del segundo Templo, encontramos el nombre de este mes: ein la menajem, “ella no tiene quién la consuele”, reflejando su esencia más profunda, pero en verdad está diciendo que si hay quien la consuele, pero que en el tiempo de exilio permanece oxulto.

El Baal Shem Tov nos enseña que siempre que aparece la palabra ein en la Torá, que literalmente significa “no”, si cambiamos las vocales para leer ain, la negación se transforma en una afirmación. Ain significa “nada”, que en cabalá se refiere a la nada Divina de donde se recrea contínuamente la realidad (algo). La conciencia de ain es identificada por el Baal Shem Tov como el origen del alma judía (basada en la frase rebínica ein mazal leIsrael, “la nada Divina es la raíz espiritual de Israel”).

Así, la frase de Lamentaciones, ein la menajem, puede ser leída ain la menajem: “la nada divina, la raíz espiritual de Israel, es su consolador”. De hecho, las dos palabras ein mazal, que leemos ain mazal, equivale numéricamente a Menajem (138).

Enseñan nuestros maestros que desde el comienzo de Av, debemos “disminuir” (mishenijnas Av, memaatim…). Este es el tiempo de alcanzar nuestra raíz espiritual de ain, la nada Divina, de donde emana nuestro verdadero y eterno consuelo.

Av significa “padre”. Hemos visto en jasidut que de la misma manera que nuestro Padre en el cielo nos consuela (como leemos en el comienzo de la haftará del Shabat posterior a Tishá BeAv: najamú, najamú amí, iomar elokeijem, “Consuela, consuela a Mi pueblo, dice tu Di-s”), así debemos consolar a nuestro Padre en el cielo (especialmente durante los primeros nueve días de Av), porque “¡Ay del Padre que ha exiliado a Sus hijos de Su mesa” (Talmud, Berajot). Lo reconfortamos asegurándoLe que incluso en los oscuros momentos del exilio mantenemos la fe perfecta y la confianza en El, que en definitiva todo es para bien (aunque a veces esto permanezca como un misterio insondable) y que nuestra redención completa y verdadera es inminente.

La palabra Av está construida con las dos primeras letras del alef bet, que se presentan como (son las letras iniciales de) emuná y bitajón, “fe” y “confianza”.

Para alcanzar la alef inicial y la bet que le sigue, debemos volver nosotros mismos a nuestra alef original, la nada Divina de nuestra raíz espiritual, como ya se explicó.

Que seamos meritorios esta año de ver nuestro Santo Templo reconstruido y de pie eternamente en el Monte del Templo en Jerusalem, con la llegada del Mashíaj, de quien está dicho: hine ze ba, “mira, aquí viene”. La palabra ba (“ha venido” o “está viniendo”) es en realidad la inversión de las dos letras bet y alef de Av.

La llegada del Mashiaj es en Menajem Av. Amen.

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