DESDE EL NILO HASTA EL EUFRATES

Comenzamos esta semana la parashá Lej lejá, la primera mitzvá que Hashem le da al primer iehudí Abraham avinu. Nació en la generación 20 desde adam Harishón. Y la primera pregunta que se hace es ¿por qué Hashem no creó desde un principio judíos en el mundo? Aunque Hashem ya lo había planeado desde un principio, incluso el pecado de Adam, sobre lo que está escrito “Una terrible trama sobre el hombre” [tehilim 66:5]. Sabía que iba a haber 19 generaciones sin judíos, y justo en la vigésima generación apareció y brilló la estrella del pueblo de Israel. 


Lo primero y más simple que se puede aprender de esto es que el judío tiene que trabajar sobre la realidad existente, que no es para nada perfecta, por el contrario, es una realidad estropeada completamente durante 19 generaciones. Y en una realidad como está, completamente degenerada y estropeada como la de la Torre de Babel, de la cual se habla en parashat Noaj, que Hashem la confundió y la esparció, donde a los malvados les va bien. Y después de todo esto aparece el eitan haezrají, “el ciudadano poderoso”. Y de aquí es fácil de entender que el judío tiene que trabajar sobre la realidad degradada, y rectificarla. 


Por eso Hashem creó un mundo muy bueno, y sin embargo al final de los 6 días de la creación, dice “de todo lo que creó para hacer”, al llegar Shabat, donde hacer significa “rectificar”.  Entonces algo había que rectificar. Después de ver que todo lo que hizo era bueno, y más todavía “muy bueno”, viene el Shabat, el día de descanso, que es un agregado de toda la labor que había hecho, donde todo era perfecto, todo estaba en reposo, todo placer. Y sin embargo la última palabra es “hacer”, todavía había algo que hacer, qué rectificar. 


¿Qué había que rectificar? Que Adam era incircunciso, ערל , arel, y esa es la rectificación principal de acuerdo con los sabios, había que rectificar el “brit Kodesh”, que también figura al final de la parashá Lej lejá. Y eso es una señal de que todo el mundo estaba incircunciso. Todo era muy bueno, pero hay una orla sobre el mundo. Y la misión del hombre judío es circuncidarse y circuncidar toda la orlá que hay en el mundo, y así revelar la Divinidad en el mundo. Como Abraham avinu quien toda su vida se dedicó a revelar a Hashem en el mundo. “Y proclamó allí el Nombre de Dios “Kel Olam”, Dios mundo”. Que como en el brit milá, esto se llama guilui haatará, “la revelación de la corona”. ¿Cuál es la función del brit milá? En la circuncisión hay dos partes. Primero hay que cortar la orlá, el prepucio, la piel gruesa, la cáscara gruesa que es el mal burdo. Luego hay que rasgar la membrana delgada, que se denomina elem hará, la desaparición del mal. Y luego que se desgarra la membrana sutil, priá. Como en la mujer, que hay que desgarrar algo para poder revelar.


Entonces se revela la corona, keter, y “no hay corona sin la del rey”. ¿Entonces qué se revela al final? Quién es el rey: “Y fue Hashem el rey sobre toda la tierra, y en ese día será Hashem uno y Su Nombre uno”. Esto se revela en el brit milá, que es la finalización de la parashá Lej Lejá. Entonces esta es la función del judío, hacer, rectificar el mundo, revelar la corona. Cuánto más si pasan 19 generaciones, que no eran “muy buenas”. Cuando todo estaba degradado, pervertido, y entonces hacía falta que venga Abraham Avinu y proclame en nombre del Dios Uno, Kel Olam, para revelar la corona, quién es el Rey del Universo. 


Y al final, en mérito de toda esta parashá Lej Lejá, desde que se fue de la Tierra hasta la circuncisión, la conexión intermedia era el pacto sobre la Tierra, cuando lo envió a “la tierra que te mostraré”. Y este es el eje central de la parashá, con la integridad de la Tierra de Israel, desde el río de Egipto, hasta el gran rio [Eufrates], tal la profecía. Así se le aseguró, y entonces esos son los límites de seguridad que hay que mantener. “El final en la acción es lo primero en el pensamiento”, por lo tanto todo judío, descendiente de Abraham tiene que tener siempre esto en mente. Hay muchas cosas entre medio, pero el final, el objetivo, la imagen, el mapa de lo que tiene que ser la Tierra de Israel. Por eso el primer pacto que realiza Dios con Abraham, el primer judío, es el pacto de la Tierra, y luego el segundo pacto es del brit milá


Esto en resumen son los temas de la parashá Lej Lejá. Hashem elige un judío que ya pasó una prueba que no figura en la Torá, haber roto las estatuas de la casa de su padre, ser arrojado al horno de fuego, y salió vivo en Ur Kasdim. Esta es la primera prueba que pasó dentro de las diez, y Hashem lo eligió porque sabía que iba también a pasar todas las pruebas, hasta la akeidá. Y por eso Abraham merece ser el iniciador de un pueblo cuya tarea es circuncidar la realidad, rectificarla, “que Hashem creó para hacer”. Incluso הבראם , son las letras de אברהם , Abraham. Dios creó a Adam para hacer, para rectificar lo que existe, que, aunque parezca “muy bueno”, todavía tiene mucho para rectificar.


Por eso le dijo “Ve por ti, de tu tierra, de tu patria, de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré”, y allí te haré un gran pueblo, etc. todo se iba a concretar en la Tierra de Israel. Todo está conectado con la tierra de Israel, como explicaremos a continuación.
Todo está ordenado desde el cielo. Estamos hoy en motzaei Shabat 7 Mar Jeshvan, el día 37 del año, y en este día comenzamos a pedir tal umatar, “rocio y lluvia”. Esperamos 15 días desde Sheminí Atzeret desde que comenzamos con la plegaria pidiendo lluvia, para que el último judío que vino al Beit Hamikdash que llegue a su casa, en el Eufrates. El extremo de los límites seguros, entonces pedimos lluvia para que no tenga molestias en el camino. ¿Qué es גשם , lluvia? Es גשמיות , gashmiut, “materialismo”. Explica el Baal Shem Tov que pedimos mashiv haruaj umorid hagueshem, “devolver el viento y que caiga la lluvia”, que el rujaniut, “espiritualidad” vuelva a su origen, como hacemos durante todas las festividades de Tishrei en que nos ocupamos de lo espiritual, al final en shmini atzeret pedimos lluvia, que baje suba lo espiritual y baje lo material.


Pero recordar que caiga la lluvia es la primera etapa, después tiene que pedir que baje de verdad. Que baje lo material en la realidad, y para eso hay que llegar al Eufrates. O sea, hasta que la Tierra de Israel no llegue hasta sus límites no será bendecida como corresponde, y no podrá bendecir. Porque la lluvia es bendición, como dice a continuación: “Y te haré un gran pueblo y te bendeciré”. Rashi explica que “te bendeciré” es con dinero, físico. Hay que resaltar aquí que si te importa el dinero, también te importa la Tierra de Israel. Hoy hay mucha confusión en todo esto, pensando que se puede hacer mucho dinero sin la Tierra de Israel. Se puede hacer un poco, pero hay que ver de dónde viene el dinero, porque está el lado de la impureza. Tiene que venir de la verdadera bendición, de la lluvia que comprende todas las bendiciones. Y esto depende de que adquiramos eternamente la Tierra Prometida, eretz hamubtajat, que le fue asegurado a Abraham avinu. Desde el río de Egipto hasta el Eufrates. Por eso el Rebe siempre utiliza la expresión que sea “bueno en potencia y en la práctica”.

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