“EL CASAMIENTO DE LA VERDAD Y LA BELLEZA”



Concluyamos ahora todo esto con una expresión dentro del maamar del ain bet de la semana, que en realidad es todo lo mismo. Dijimos que el hombre (איש , ish) es “verdad” (אמת , emet, 441) y la mujer (ישה , ishá) es “belleza”, (יפי , iofi, 100) y juntos forman “Israel”, (ישראך , 541).


Lo principal del maamar de la semana explica que hay dos cosas que transmiten y revelan la esencia, el atzmut. Una es el habla, hablando se puede revelar la esencia del alma mucho más que con el pensamiento. “Las cosas que salen del corazón entran al corazón y producen su efecto.” También, quien puede escuchar la palabra del rabino, es incomparablemente mucho más que leer las palabras de un libro, como está escrito en la introducción del libro de Tania, a pesar de que hay un dicho de los sabios que “las letras dan sabiduría”, leer las palabras del libro te hace sabio. Pero escuchar las cosas que salen de la boca del rav es incomparablemente mucho más que esto, porque hay una expansión de la esencia del rav dentro de sus palabras. 


Hay otra cosa que revela la esencia: la luz del rostro y la luminosidad del nombre de Dios Mah, מה nuevo que se revela de la frente (van juntos y el Rebe no diferencia entre ellos). Y la revelación de la luz de rostro revela la esencia del alma incluso más que el habla. Salvo que la luz del rostro revela la esencia a través de “bekiá”, una eclosión que surge de la piel, que es algo completamente físico del rostro (or, piel, עור ain). En cambio, el habla es espiritual en sí misma, pero sólo revela la expansión, lo que se irradia de la esencia de las cualidades del alma. En cambio en la luz del rostro hay una revelación de la esencia, a través de las marcas de la piel, algo completamente físico, con una clase de tzimtzum, “contracción”, como una contracción del rav, donde no hay una revelación de lo oculto porque que es una gran revelación, sino es una revelación de la esencia y por eso de lo que revela el rostro del rav se puede recibir más incluso de lo que se puede obtener de su palabra.


Y todo esto está relacionado con la belleza, iofi, יפי . La belleza es “el rey en su belleza contemplarán tus ojos” (Ishaiahu 33:17), este es uno de los versos que trae el Rebe, “como el esplendor del reino”. Ver la belleza del rey estimula. Está escrito que en el momento de la batalla –nos da este ejemplo muy fuerte en el discurso- si el rey está frente a ti en el momento de la guerra, sólo ver el rostro del rey da fuerza y firmeza a los soldados para entregar su vida, más que cualquier palabra, incluso la alocución más profunda que viene de lo más profundo de lo profundo, donde también se ve una expansión de la esencia del rey dentro de sus palabras. Pero no va a producir la entrega de fuerza y firmeza para entregar la vida que cuando vemos al rey. 


Y así es en cuanto al rav. Está escrito en el Talmud, “dijo Rabi: si hubiera visto a Rabí Meir a la cara hubiera sido más refinado. Así y todo pude serlo por verlo de atrás. Cuánto más si hubiera visto su rostro”. Esto indica que ver el rostro es más que escuchar la palabra. El habla es como la escritura. Más que el pensamiento. Este es el sentido de este discurso. Entonces si tomamos todo esto y lo aplicamos a todo lo que dijimos sobre la parashá de la semana Lej Lejá. Esto es lo que se llama “verdad y belleza”. 


Emet, “la verdad”, es lo que transmite el hombre, la expansión de la esencia en el habla. Que Abraham Avinu recibe la hei, ה , (אברם – אברהם ) en su nombre (también Sará, שרה , recibió una hei en su nombre; primero era Sarai, שרי , y la iud (10) se dividió en hei hei, 5 y 5). Explica el Alter Rebe, el Admur Hazaken que la hei de Abraham y la hei de Sará son dos acciones diferentes. Que Abraham no podía engendrar de forma sagrada a Itzjak, a través de la simiente de la verdad (zera emet) era por la orlá (el prepucio). Pero cuando se circuncidó, abrió el canal de la santidad y pudo engendrar a Itzjak. Esta es la novedad del Admur Hazakén, que no fue en el momento hacer la mitzvá que Hashem le agregó la hei a su nombre. Si Avram sin la hei hubiera realizado la mitzvá de la circuncisión, ya hubiera podido engendrar a Itzjak. Es decir que la hei es un agregado necesario para otra cosa. 


En cambio, la hei de Sará es al revés. Todo el tiempo que se llamaba Sarai con iud, podía engendrar en el mundo de Atzilut, pero no era capaz de engendrar en los mundos inferiores Briá, Ietzirá, Asiá. Pero de momento que se le quitó la iud, y se le da la hei de Sará, entonces es capaz de engendrar a Itzjak en este mundo. Entonces resulta que la hei de Sará es su fuerza para dar a luz en santidad, dar a luz a Itzjak aquí. En cambio, la fuerza de Abraham para engendrar a Itzjak es el brit milá. ¿Qué es la hei? Está escrito explícitamente en la Torá, que la hei de Abraham es para hacerlo “av hamón goim”, “padre de muchos pueblos”, es la hei de המון , hamón. Es la capacidad de Abraham de influenciar en todo el mundo “las almas que hicieron en Jarán” (guerim). Y más que esto, hasta Mashíaj, que acercará: (Zefaniá 3:9) “entonces convertiré a los pueblos a un idioma claro, y todos invocarán en Nombre de Havaiá, sirviéndoLe todos juntos”. Esa es la hei de Abraham. 


Ahora ¿cómo influencia a todo el mundo, a todos los pueblos, que es su hei? Con el poder de su palabra. Así como hay un dicho “no hay mujer sino para la belleza” hay un dicho “no hay mujer sino para los hijos” y también “la mujer es para las joyas”. La fuerza principal para el nacimiento del hijo está en la mujer. Está escrito que hay mayor novedad en lo que sucede en el útero de la madre que con la simiente del padre. Y esto es la belleza y el placer, y son en esencia los hijos. Los hijos son emuná, “fe”, como está escrito “ella es la fe”, אמונה , “emuná”, de guematria בנים , “banim”, “hijos”. 


Por eso la belleza, también la belleza del rey, y todo el concepto de la belleza, es a través de las marcas de la piel, pero que hay en ello una revelación esencial mayor que en el habla y también la expansión de la esencia. El habla tiene la virtud de ser una luz que se inviste en una vestimenta relativamente espiritual que es el habla, no es una revelación que se produce a través de la piel del rostro. También hay una mentalidad en la palabra. En la revelación de la piel del rav no se ve una mente. 


¿Cuál es la diferencia entre estas dos cosas que explica? Es justamente las dos bellezas que dijimos antes. Ahora agregamos también verdad a la belleza, pero se relaciona con las dos “belleza”. La belleza del habla es una belleza relacionada con el intelecto, la belleza del esfuerzo. La belleza del misnagued, como dijimos, del niño aplicado, dedicado. Pero la belleza del jasid, que es todo Rebe, es el hod, el resplandor (un sinónimo de belleza). Está escrito que la belleza del habla es adar, “magnificencia”,  (otro sinónimo de belleza), así lo escribe en el maamar. Y la belleza del hod, sin ninguna característica, es la belleza principal, la belleza de Sará. “No sabía que eras una mujer de bella”, “y una mujer muy bella” está escrito a continuación en la parashá.


Es decir que en esencia los dos conceptos del maamar, la expansión de la esencia que se transmite al hablar, y la revelación esencial en la piel del rostro, donde cada uno tiene una virtud respecto al otro, de todas maneras lo más esencial es la revelación del rostro, que le da a quien observa al rey el potencial de entregar la vida, mesirut nefesh. Esto es el aspecto de nukva, “femenino”, que tiene. Es su verdad frente a su hermosura.


Es decir que hay una tremenda virtud en la belleza, que es el concepto principal de la perashá lej lejá. Lej lejá (לך לך , “ver por ti”) de guematria “belleza”, יפי , iofi, es Sará. Aunque aquí está dicho respecto a Abraham, pero la belleza es Sará. La virtud de la belleza respecto a la verdad, se necesita ambas cosas.


¿Entonces cuál es la moraleja? Por cuanto que Dios tomó la verdad y la envió a la tierra, se necesita mucha paciencia. Y no te va a ayudar, no se borrará de Wikipedia, va a quedar en ti que “rompiste las imágenes, que mataste egipcios”. Incluso en Moshé Rabeinu que mató al egipcio, lo marcó para toda la vida, lo persiguió toda la vida, así está escrito en el Zohar. ¡Esta historia lo persiguió toda la vida! Que mató a un egipcio, que por supuesto lo merecía. Entonces, así como lo persiguió a Moshé Rabeinu desde el comienzo de su camino, a Abraham Avinu le sucedió lo mismo. Hace falta paciencia, hay que saber que ante todo la verdad tiene que casarse. No hay verdad, אמת , de por sí, tiene que casarse con la belleza, (יפי ), entonces se transformará en Israel, ישראל . Y para casarse hace falta que la verdad se suavice y en cierta medida… Tú, Abraham Avinu reconoce que eres tú mismo una carroza para la cualidad de bondad, jesed


Tu objetivo es “Iaacov que redimió a Abraham”. Tendrás un nieto, el elegido de los patriarcas, que saldrá de ti y será todo emet, verdad. Tú comenzaste con la verdad. También Iaacov, por más cualidad de “verdad” que sea, vemos que mató a demasiados gentiles y también persiguió mucho la idolatría. Representa a la cualidad de la “verdad”, pero todo comenzó con Abraham Avinu. 


Pero tú (Abraham) reconoce en ti mismo que en realidad eres una carroza de la cualidad de bondad. La hei que tienes es para que seas “padre de muchos pueblos”. Y en verdad, ser padre de muchos pueblos con todo lo que está escrito (de tu pasado) en Wikipedia es difícil. Porque primero que te están mirando, te investigan para saber quién eres. Entonces ahora no es fácil ser padre de muchos pueblos.


¡Esto es lo que hay! Lejaim Lejaim!

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