Involución de los Humanos: Una Visión Mística acerca de los Primates

P: Mi pregunta se refiere a la involución de los humanos al nivel de los primates. ¿Puede explicarme si esto ocurre en concordancia con la ieridá (descenso) de Adam Harishón, su progenie u otros? ¿El mono recibirá un tikún (“rectificación”) en el tiempo del Mashíaj y si es así será tan elevado como el del hombre? Gracias por toda explicación que tenga tiempo de impartirnos sobre este fascinante tema.

R: El Midrash y los Rishonim y Ajaronim enseñan que luego del pecado de Adam Harishón (“Adam”) y en especial después del pecado de Caín, la progenie de este degeneró en monos. Nos enseña la Cabalá que toda rectificación del alma de Caín es la del mono potencial.

De acuerdo con el Arizal, las dos raíces del alma básicas de la raza humana son Caín y Abel. La rectificación de las raíces de las almas en la raza humana que son descendientes de Caín, no necesariamente los descendientes físicos, es la rectificación del mono. La raíz del alma de Caín es en general la izquierda y la de Abel la derecha; así las almas que derivan de la izquierda son de Caín, almas de potenciales monos. 

La palabra “Caín” comienza con la letra kuf , la decimonovena letra del alfabeto hebreo que también significa kof, mono. El significado de esta palabra es “imitación”, particularmente una forma falsa o deformada; de ella deriva la palabra latina “copia”, “lo que el mono ve, el mono hace”, que también se refleja en la palabra simio (de similar).

Nuestros sabios también usan el refrán kof bifnei adam, “un mono frente a un hombre”, en referencia a una persona que trata sin éxito de imitar algo. Este es un concepto relativo, hay muchos otros ejemplos donde encontramos que incluso personas más grandes, relativas a las anteriores, personas estupendas (en cierto sentido) son llamadas como kof bifnei adam. La belleza de nuestra matriarca Sará, quien fue la más grande de todas las tzadikot de la Torá, es llamada kof bifnei adam en relación a la belleza de Eva, antes del pecado del árbol del conocimiento del bien y el mal. Vemos así que el proceso degenerativo del “hombre” y el “mono” abstractos es una parte integral de la historia.

Numéricamente “hombre”, adam es 45, que es el triángulo de 9 (la suma de todos los números desde el 1 al 9); si sumamos kof (186) y adam (45) obtenemos 231 (rla, el triángulo de 21). Es un número muy importante en Cabalá, correspondiente los pares de dos letras con los cuales Di-s creó el mundo, llamados los RLA shearim en el Sefer Ietzirá. Esto significa que kof es la suma de los números desde el 10 al 21, ya que adam es la suma desde el 1 al 9, y juntos lo son desde el 1 (alef de adam) hasta el 21 (el valor del Nombre de Di-s Ekié, “Seré el que Seré”), sumando 231. De esta manera, las palabras “hombre” y “mono”, adam y kof forman una intrínseca unión integral, lo que significa que se pueden combinar y de esta unificación el mono recibe cierto nivel de elevación que le permite volver a integrarse a su origen, el hombre.

Enseña el Arizal que entre dos niveles de la realidad hay siempre un tercer nivel intermediario, estableciendo explícitamente que ese nivel intermediario entre el hombre y el animal es el mono. En todo intermediario siempre hay dos lados, en el caso del mono uno se asocia con el aspecto “humano” y el otro con el aspecto “animal”, como si las dos manos del simio realmente se aferrasen al hombre y al animal.

Se supone que un intermediario debe unir, así el mono tiene un poder interior para unir a la humanidad y el reino animal. En el servicio a Di-s debemos aprender que así como un nivel de la realidad inferior trata frecuentemente de imitar a un nivel superior, a menudo infructuosamente como en kof bifnei adam, así se educa al hombre a imitar los atributos naturales positivos que Di-s creó en cada animal. Está dicho en Pirkei Abot que tenemos que ser intrépidos como el tigre, etc. para hacer la voluntad de neustro Padre que está en el cielo. Como está dicho en el libro de Job (35:11), malfeinu mibahamot aretz, “El nos enseña con los animales de la tierra”. Como intermediario, el mono le hace comprender al hombre cómo adoptar los atributos positivos de los animales en el servicio a Di-s.

La letra kuf también significa hekef o makif, “circundar, luz todo abarcadora”; la palabra adam representa iosher, “rectitud” como declara el versículo: “Di-s hizo recto al hombre”. Así, una de las relaciones entre el hombre y el mono en la terminología de la Cabalá es entre iosher e igulim, “recto” y “circular”, las “luces que rodean”. A niveles inferiores de la realidad las “luces que rodean” son los niveles naturales de manifestación; “naturaleza”, teva, proviene de la palabra tabaat, “anillo” o “círculo”. En su origen, esta luz viene de la or ein sof hasovev kol almin, “la luz infinita que rodea todos los mundos”, que es la que existe antes de la contracción en el principio del proceso creativo. Esta es la luz que permanece como la omnipresencia de Di-s sin ninguna distinción entre los niveles superiores e inferiores, es el “continuo” absoluto y eterno de la omnipresencia de Di-s a lo largo y ancho de la realidad.

Otro significado de la palabra makif es “tocar”. En muchos lugares de la Mishná, hakafá es usado para significar “dos cosas que se tocan”. Con respecto a los cinco sentidos físicos, el mono representa el sentido del tacto; explica la Cabalá que este es el sentido de que mejor refleja su origen en el lóbulo trasero del cerebro, ya que en cierto sentido es una imitación, el ajor, la parte “posterior” del hombre. La elevación del mono es la elevación del sentido físico del tacto.

El versículo jojmat adam tair panav, “la sabiduría del hombre ilumina su rostro”, apunta a la relación entre el hombre y su rostro, o la parte anterior de su cuerpo. Los sentidos de la vista, oído, olfato y gusto aparecen en el rostro; el lado posterior es el mono, el sentido del tacto según la palabra hakafá.

A los monos les gusta saltar de rama en rama, que es una expresión del sentido del tacto y también se relaciona con su rol de intermediario, el saltar representa la unión de cosas separadas. 

En arameo la palabra kof significa kofa d’majta, que es “el ojo de la aguja”. Un dicho muy importante de nuestros sabios dice que cuando una persona duerme ve cosas que no pueden existir en la realidad tal como la conocemos, pero hay ciertas cosas que están tan alejadas de la realidad que hasta en un sueño no las podemos imaginar. El ejemplo que usan para ese fenómeno es pila daail b’kofa d’majta, “ver a un elefante pasar a través del ojo de una aguja”. En el futuro, cuando venga el Mashíaj, percibiremos esta experiencia de grandeza infinita penetrando cada punto de la realidad, esto es hamshajat koach ha’bli gvul b’gvul, “la continuación de la fuerza infinita en lo finito”.

La canción del elefante en el Perek Shirá es Gadol Havaiá umehulal me’od, “Di-s es [infinitamente] grande e infinitamente digno de alabanza”. Esto es lo que el elefante sugiere al alma del hombre, pasar por el ojo de una aguja es como la metamorfosis del elefante en un mono, y también la elevación de la criatura más grande del reino animal; pasando por el kofa d’majta, el ojo de una aguja, que es la misma palabra que “mono”, el elefante revela al observador la grandeza infinita de Di-s entrando en cada punto de la realidad finita. De esta manera, la elevación de la letra kuf es la manifestación de lo infinito entrando en lo finito.

En Cabalá, a veces la palabra kuf representa klipá, “o cáscaras extrañas”, que es uno de los símbolos básicos del mal en Torá y Cabalá; en el lado opuesto del espectro, la kuf representa también kedushá, “santidad”, que significa total separación de la realidad mundana limitada. La guemará declara que la letra kuf representa kedushá, como en kadosh, kadosh, kadosh; estas tres kuf consecutivas representan las tres etapas de elevación del “Simio Primordial”.

La letra kuf es la última de las doce letras simbles del alef bet, corresponde al mes de Adar, donde se festeja de Purim Ad d’lo iadá, “hasta que no sepas”, que está relacionado con todos los puntos discutidos arriba. Superficialmente, cuando una persona se pone ebria se “degrada” de una figura humana a una animal, especialmente con manierismos simiescos de copia, por esto la gente se disfraza de payaso en Purim.

Cada mes y letra tienen un sentido, el de la kuf y el mes de Adar es la risa. La elevación del mono es la elevación de la risa. De acuerdo con nuestros sabios (en el Talmud) y el Sefer Ietzirá la risa se origina en el bazo, por este motivo la kuf corresponde a ese órgano del cuerpo humano, el órgano controlador de la risa. La risa es un brinco existencial hacia un nivel superior de conciencia.

Podría consultar usted el Sefer Habrit, allí aparecen discusiones muy interesantes basadas en la ciencia que se conocía hace 200 años. Deseándole mucho éxito en la continuación de sus estudios.

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