LOS ÚLTIMOS TRES PRECEPTOS DE LA TORÁ

La parashá de esta semana, Vaielej, contiene el precepto número 613 de la Torá, la mitzvá final de escribir un Sefer Torá (un rollo de la Torá), tal como lo hizo Moshé Rabeinu. La parashá Vaielej también contiene la mitzvá 612 de la Torá, de congregar a todo el pueblo de Israel, hombre, mujeres y niños una vez cada siete años. Para escuchar la al rey leyendo de la Torá, en lo que es conocido como Hakhel. La mitzvá número 611 que leemos en la Parashá Ki Tavó, es ir en las sendas de Dios.


Los números ordinales de estas tres mitzvot finales se destacan por su significancia. Así pues, 613 es la guematria de “Moshé Rabeinu”, משה רבינו , 612 es la guematria de “pacto”, ברית , y 611 es la guematria de “Torá”,  תורה . Obviamente, estos tres conceptos, Moshé Rabeinu, pacto y Tora son unos de los más importantes en el judaísmo y se justifica entonces investigar cómo cada uno de esos conceptos se relaciona con su correspondiente mitzvá.


Desde lo individual a la nación toda


La mitzvá 611 demanda que refinemos nuestros rasgos de carácter como personas yendo en los caminos de dios. Como explican los sabios, “así como el Todopoderoso es llamado misericordioso, tú tienes que ser misericordioso”. Este es el principio más significativo en el servicio a Dios, del cual un judío debe estar constantemente conciente en cada día de su vida. Y sea ajusta verdaderamente que 611 sea igual a la palabra “Torá”, reflejando este precepto de naturaleza abarcadora.


Mientras que el precepto 611 se nos dirige a nosotros como individuos, el 612, Hakhel nos obliga como pueblo. Una vez cada siete años, todo el pueblo judío se congrega en el patio del Templo en la asamblea más multitudinaria, “hombre, mujer y niño y el converso en tus portales”, y el rey lee de la Torá ante ellos. En efecto, esta congregación masiva actúa como una renovación del pacto realizado entre la nación toda y Dios con la entrega de la Torá en el monte Sinaí, reflejado por el hecho de que 612 es la guematria de la palabra “pacto”.


La progresión desde la mitzvá 611 a la 612, de dirigirse del refinamiento personal a la renovación de nuestro pacto con Dios como comunidad, como pueblo, es algo imprescindible. Nos enseña que para poder estar juntos, primero debemos adoptar el carácter compasivo de Dios cuando nos ocupamos del prójimo. Si como individuos seguimos sufriendo de nuestra actitud egoísta, no podremos ser capaces de permanecer unidos durante el Hakhel. El fundamento de la congregación de Israel es una responsabilidad mutua, una preocupación genuina e interés en nuestro prójimo judío, que sirve como el cemento que nos une en nuestro pacto entre nosotros, con nuestro rey y finalmente con el Todopoderoso.


Cada judío es como Moshé Rabeinu


El verso en el cual aparece la mitzvá 613 describe realmente cómo Moshé Rabeinu escribió un rollo de la Torá antes de morir. De él aprenden los sabios que cada judío está obligado a escribir su propio rollo de Torá, revelando que cada judío es como Moshé Rabeinu. Los sabios van más allá hasta afirmar que quien escribe un rollo de Torá “es como si él recibió la Torá en el monte Sinaí”.


Como el primer rollo de Torá fue escrito completamente por Moshé Rabeinu, es muy apropiado que ese precepto de escribir un rollo de Torá sea el 613, el sello de todos los 613 preceptos de la Torá, y que 613 sea la guematria de Moshé Rabeinu (משה רבינו ). Al realizar este precepto en forma individual, revelamos el Moshé Rabeinu en cada uno de nosotros.


En resumen, la mitzvá individual de conducirse en los caminos de Dios es una introducción a la mitzvá de Hakhel, congregándonos “como un hombre y un corazón”, reviviendo la recepción de la Torá en el Monte Sinaí. De manera similar, la mitzvá de escribir un rollo de Torá es como que cada uno de nosotros estuviera recibiendo toda la Torá en el Monte Sinaí, como Moshe Rabeinu.


Basado en una clase del Rabino Ginsburgh del 18 de Tevet del 5769

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