PARA ENTENDER EL PROPÓSITO DE CADA ALMA

La historia de cada alma en el canto de Haazinu

Es bien sabido que en el canto Haazinu están codificadas las historias personales de cada alma judía y todo lo que habrá de experimentar desde ese momento hasta que la llegada del redentor. En el Seder Hadorot 1, una biografía histórica del mundo del siglo 17 (y de los sabios de todas las generaciones), encontramos la maravillosa historia siguiente que ilustra este punto:

Rabi Moshé ben Najmán (el Rambán o Najmánides) tenía un estudiante de nombre Avner que se convirtió al cristianismo. Como estaba destinado a ser un gran hombre, se convirtió en un hombre poderoso temido por todos. Pasaron muchos años y un Iom Kipur mandó a llamar a su antiguo maestro, el Rambán, quien no tenía otra opción que aceptar. Cuando el Rambán estuvo ante a él, tomó un cerdo y frente al Rambán lo mató, lo desmembró, lo cocinó y lo comió.

Luego de haberlo comido le preguntó al Rambán:

– “Entonces, ¿cuántas transgresiones por las cuales mi alma será cercenada de la raíz de Israel he cometido en este acto?”.

– El Rambán contestó “¡Cuatro!”

– Avner dijo: “¡No, Cinco! Y esperó la respuesta de su maestro, esperando una disputa con él.

Pero el Rambán se quedó mirándolo fijamente y amargamente se quedó en silencio, porque todavía seguía teniendo poco respeto por su antiguo maestro.

Luego de unos momentos, el Rambán le preguntó cuál era la razón de su perfidia contra su religión.

Avner le respondió que cierto año escuchó al Rambán enseñando la parashá Haazinu y destacó que en el canto de Haazinu estaban contenidos todos los preceptos y todo lo que iba a suceder en el mundo y esto le parecía imposible y lo llevó a cuestionarse toda su vida y a convertirse en un hombre diferente.

Cuando el Rambán escuchó esto dijo que seguía sosteniendo aquellas palabras y para mostrarle a Avner que esto era así, lo desafió a preguntarle sobre cualquier cosa que él quisiera… Avner pensó por un momento y luego dijo: “Muéstrame mi nombre en el canto!”

Respondió el Ramban, “Así que has hablado y yo te lo mostraré”. El Ramban fue a un rincón y oró, y el verso que vino a su boca fue: “He dicho los abandonaré, los borraré de la memoria del hombre.”2 La tercera letra de cada palabra en este versículo es: “R. Avner” [אָמַרְתִּי אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵּאֱנוֹשׁ זִכְרָם ], el nombre de este hombre.

Cuando Avner oyó esto se desplomó su rostro y le preguntó a su maestro si había alguna manera de curar esta perfidia. El Rambán le respondió: “Has escuchado lo que dice el verso”. Y se fue.

Inmediatamente Avner se subió a un barco sin capitán ni marineros, dejando que el viento lo lleve donde fuera y nunca más se supo de él.

Veamos ahora con más cuidado el versículo traído en esta historia. Como comenta el Baal Haturim, las letras finales de las tres palabras intermedias en este verso “Los abandonaré, voy a borrarlos de [la memoria] del hombre” (אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵּאֱנוֹשׁ ) permutan para deletrear “Moshé” (מֹשֶׁה ), aludiéndonos que Moshé [ben Najman, el Rambán] regresó al mundo con el fin de dar un tikún al alma de R. Avner.

Las letras finales de las cinco palabras en el versículo (אָמַרְתִּי אַפְאֵיהֶם אַשְׁבִּיתָה מֵּאֱנוֹשׁ זִכְרָם) permutan para deletrear “los cielos” (הַשָּׁמַיִם), en alusión a la primera estrofa de la canción de Haazinu: “Que los cielos escuchen ….” De hecho, la palabra “los cielos” (הַשָּׁמַיִם ) tiene 5 letras y su guematria es 395, lo que significa que el valor promedio de cada letra es 79, el valor de “Haazinu” (הַאֲזִינוּ ), “Escuchen”.

La Transformación y el Portal Cincuenta

La guematria de las letras iniciales de las cinco palabras en el versículo (א א א מ ז ) es 50. El número 50 es el más claramente asociado con los 50 Portales del Entendimiento, el 50ª de los cuales fue adquirido por Moshé el día de su partida de este mundo y el día en el que decía el canto Haazinu. Esto sugiere que el conocimiento del portal 50 es la clave para entender el tikún particular de cada alma, hasta la eternidad.

El valor del verso completo es 2170 = 31 • 70, o el producto de los valores de las dos palabras “no” (לא) = 31 y “si” (כן) = 70. La multiplicación de “no” por “sí” sugiere un estado paradójico que está en el núcleo de 50ª de los 50 Portales de Entendimiento. Los sabios describen este estado paradójico cuando dan fe de que cuando Moisés fue enterrado por Dios en el monte Nevó nadie pudo encontrar su tumba. Los ángeles pensaban que la tumba estaba abajo en el reino físico y los hombres pensaban que estaba arriba, en el reino espiritual. La verdad era que está paradójicamente en ambos sitios a la vez.

En lo que se refiere a ofrecer tikún por las almas perdidas, el producto de multiplicar “no” por “sí”, se refiere a la capacidad de Moshé de transformar el estado “no” del alma -su realidad negativa- en un estado positivo de “sí”. Esta capacidad está aludida en la famosa descripción que la Torá da de Moshé: “No [לא] es así [כן ] mi siervo Moisés, con todo lo que está en mi casa es de confianza”3. Las dos primeras palabras de este versículo “no” y “sí” sugieren que “Mi siervo [de Dios], Moshé,” sabe el secreto de convertir un “no” en un “sí”. Cuando sumamos el valor de “no” (31) y “sí” (70) obtenemos 101, que es el valor de “de la nada” (מֵאַיִן). En Jasidut se explica que, para transformarse de un estado a otro, la persona debe pasar por un estado de nada.

Moisés en Cada Alma

Si restamos el valor de “Moshé” (345) del valor del verso entero (2170), obtenemos 1825, o el producto de 25 y 73, donde 73 es el valor de “sabiduría” (חָכְמָה). Pero 1825 es también la suma de los 3 posibles rellenos de letra de la palabra “sabiduría”, o sea: חית כף מם הא más חית כף מם הה más חית כף מם הי ! La esencia de Moshé sigue existiendo espiritualmente en el alma de cada judío. Con este análisis, llegamos a reconocer que la esencia de Moshé en cada una de nuestras almas corresponde a la sefirá de sabiduría, que se describe como la fuerza de vida que anima el alma. Más específicamente entonces, llegamos a comprender que este punto de sabiduría que da vida en el alma es en realidad la capacidad de Moshé para entender el tikún específico -la rectificación particular- necesaria para que esa alma en particular.

Ahora centrémonos por un momento en el nombre Avner (אבנר). La guematria de Avner es 253, o el triángulo de 22, en alusión a las 22 letras del alfabeto de la Torá -el alfabeto hebreo- que fue dado por medio de Moshé.

Si creamos una serie con los valores de las cuatro letras de Avner (que aumentan de valor de la primera a última letra), encontraremos que su base es 55:

55 = triángulo de10 (la suma del 1 al 10), aludiendo a las grandes luces de las Diez Sefirot del Mundo del Caos, de la que se dice en el Libro de la Formación: “Hay diez sefirot, diez y no once, diez y no nueve” (en el Mundo de Tikún, en ciertos casos se cuentan once sefirot y en ciertos casos nueve, como se explica por el Arizal). El Avner original en la Biblia era un gran líder, ministro de guerra del rey Shaul (en la Cabalá se enseña que su alma volverá a ser ministro de guerra del Mashíaj), que también conecta este nombre a las grandes luminarias del mundo del Caos.

En efecto, al calcular “Avner” utilizando la numeración ordinal, encontramos que su valor es 37, la guematria de “singular” (יְחִידָה , iejidá), el nivel más elevado del alma, que Moshé alcanzó el día de su muerte.

NOTAS

1 Año 4954. Ver también Emek Hamelej, Shaar Shaashuei Hamelej, cap. 4.
2 Deuteronomio 32:26
3 Números 12:7

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