PARASHÁ KORAJ Y EL REBE


La porción de la Torá de esta semana se llama Koraj. Koraj era levita, primo primero de Aarón, y una persona muy inteligente y perspicaz. La rebelión que llevó a cabo fue a continuación del retorno y el castigo de los espías, que se describe en la lectura de la semana pasada. Los espías tenían miedo de venir a la Tierra de Israel porque las mitzvot físicas se iban a convertir en lo principal. Ellos deseaban permanecer en el desierto y continuar con su vida espiritual pura: comer el maná, estar protegidos por las nubes de gloria, beber del manantial de Miriam y estudiar la Torá durante todo el día. Después se hizo evidente que estaban equivocados, y que es imprescindible realizar mitzvot físicas, porque ese es el propósito principal de la vida. Y entonces Koraj se levantó y dijo: “Siempre y cuando el objetivo es el estudio de la Torá, quién puede compararse con Moshé, el receptor de la Torá. Pero ahora se supone hay que centrarse en participar activamente en el mundo mediante el cumplimiento de los preceptos, y en esto estamos todos obligados por igual y debemos ejecutar exactamente las mismas acciones, por lo tanto ¿Por qué ellos, Moshé y Aarón, tienen que estar por encima de nosotros?”

Puede sonar admirablemente altruista y democrático, pero la verdad es que el propio Koraj quería ser el sumo sacerdote, y desafió la autoridad de Moshé y Aarón con el fin de alcanzar su objetivo. Al final, se abrió un agujero que lo tragó a él y a los 250 líderes judíos que había influido.

El nombre de una porción de la Torá es siempre significativo. No siempre es la primera palabra, por lo tanto no es arbitrario. El Rebe de Lubavitch hace una pregunta interesante: Claramente Koraj era lo contrario de un tzadik, así que ¿por qué una porción de la Torá es llamada con el nombre de una persona que ha brindado un mal ejemplo? Lo que es más, está dicho: “El nombre de los malvados se pudrirá.” (Proverbios. 10: 7). ¡Nombrar una porción de la Torá con el nombre de tal persona inmortaliza su nombre, y es justamente lo contrario de la intención del verso de Proverbios! Tenemos que asumir que debe haber algún beneficio en llamar Koraj específicamente a esta parashá, pero ¿qué es?

Mientras que la mayoría del relato se trata de los resultados desastrosos de la rebelión, sin embargo, nos quedamos conmovidos la forma tenaz y de carácter fuerte que era Koraj para lograr su objetivo y no renunciar a su sueño. Su deseo de ser el sumo sacerdote es de por sí algo positivo. Del mismo modo, cada una de nuestras almas fue traída a este mundo físico -un ambiente donde cometer errores es fácilmente posible- con el único fin de que podamos superar las dificultades y usar nuestra inteligencia y libre albedrío para servir mejor al Todopoderoso. Se espera de cada uno de nosotros que luche por llegar al más alto nivel de servicio espiritual que pueda alcanzar. La lección de la parashá, aparte de la obvia de no cometer los errores Koraj hizo, es conocernos a nosotros mismos y nos esforcemos por usar todas las capacidades que Dios nos ha concedido para el mayor bien posible. Debemos querer ser un sumo sacerdote, aun yendo en contra de todos los pronósticos.

Este Shabat es el tercero de Tamuz, el aniversario de la desaparición del Rebe de Lubavitch, Menajem Mendel Schneerson. Los judíos sefarditas llaman a un día como este hilula, una celebración, ya que cada año en ese día, todos los logros de un tzadik se revelan de nuevo en el mundo, pero en un nivel más alto.

Rabi Iejiel Mijel de Zlotjov escribió que hay tzadikim en cada generación que retrasan la Redención, porque se refrenan a sí mismos de realizar el esfuerzo que se requiere de ellos. En cambio, se aferran al servicio de la Torá y las mitzvot exclusivamente. Su enfoque es estar conectado a su fuente en lo alto y disfrutar de los rayos de la Presencia Divina. Se identifican con el dolor y el malestar que se siente en este largo y amargo exilio; sin embargo, estos temas mundanos no les conciernen realmente ellos. Su atención está en otra parte.

Pero están los tzadikim para quien la lucha para traer la Redención es todo. Ellos nunca se dan por vencidos. Sobre ellos se dice que no tienen descanso, ni en este mundo ni en el Mundo Venidero. ¿Es esto justo? ¿Quién puede imaginar una vida, peor aún, una eternidad, sin descanso? La respuesta es que no tienen necesidad de descanso, ya que no se cansan. Uno sólo se cansa cuando la tarea que realiza tiene frustraciones. Para un tzadik, servir al Todopoderoso es un placer puro y abarcador. No hay espacio para las frustraciones.

Rabi Levi Itzjak de Berdichev dijo que un tzadik que sólo está interesado en dar placer a Di-s no le importa si él mismo u otra persona es el causante. Pero la persona que quiere la recompensa por sus acciones tiene que estar justo en el frente, ser el protagonista tratando de hacer todo. Este es el significado de las primeras palabras de la porción: “Y Koraj tomó…”, en el que no se especifica qué tomó, quería todo para él. El Rebe, por el contrario, se centró por completo y trabajó incansablemente en que debemos traer la Redención. Él sigue viviendo a través de que continuamos la tarea de su vida.

Libro Bamidvar – En el Desierto

La Perashá de la Semana

KORAJ

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