PARTE 6    INTEGRACIÓN A TRAVÉS DE LA TORÁ, MANDAMIENTOS Y PLEGARIA

La segunda fase de entrar a la Tierra de Israel es la tarea de asentarse en la tierra. Esta es la vigorosa tarea de construir una casa, labrar la tierra, plantar árboles, establecer un gobierno, etc.. Es el trabajo de integración, el proceso de echar raíces. Psicológicamente, esto implica entrenar cada aspecto del ser, física y espiritualmente, a adaptarse a estos cambios. En el judaísmo esto se logra con el estudio de la Torá, cumplir los mandamientos y la plegaria.


Aquí es también donde el educador religioso o mentor espiritual se vuelve más útil al estudiante que busca un crecimiento espiritual significativo. Puede asistirlo clarificando temas y dándole aliento. Frecuentemente, este consejo está basado en la premisa de que los cambios en los rasgos carácter pueden verse facilitados estudiando lo que la Torá enseña acerca de tal problema, como así también fortaleciendo y perfeccionando la tarea espiritual especifica (mitzvá) que se relaciona con esa cualidad o ese cambio que se quiere realizar.


En este proceso la plegaria es de ayuda invalorable. Primero, porque la plegaria es la meditación que despierta emociones sanas y rectificadas, que a su vez motivan un comportamiento saludable que ejerce una poderosa influencia purificadora en el carácter del estudiante. Segundo, porque la plegaria es una sentida devoción, tanto cuando se expresa a través de la liturgia formal y los salmos, o de verter espontáneamente el corazón. (referiremos en detalle sobre este tema en los capítulos siguientes.)


Sólo se puede conseguir el cambio con trabajo duro, espiritual y físico. Entonces, Di-s garantiza que si trabajamos de buena fe, El bendecirá nuestros esfuerzos y asegurará nuestro deleite de crecer y transformarnos.

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