¡SE ENOJÓ MOSHÉ!

Vive con el Tiempo, lee la porción de Torá de hoy para comprender esto:

“Y Moshé estaba indignado con los oficiales del ejército, con los comandantes (de los batallones) de miles de hombres, y los subcomandantes (de las compañías) de cien hombres que volvían de la guerra,”

וַיִּקְצֹף מֹשֶׁה עַל פְּקוּדֵי הֶחָיִל שָׂרֵי הָאֲלָפִים וְשָׂרֵי הַמֵּאוֹת הַבָּאִים מִצְּבָא הַמִּלְחָמָה”, משה רבינו

“Vaietzof Moshé al pekudei hajail, sarei alafim, vesarei hameot, habaim mitzvá la miljamá.”

Moshé enojado. ¿Cómo podría ser eso? Después de todo “¡todo el que están enojados es como si hace idolatría!” [Tratado de Shabat 105b]

Se puede decir que este enojo es solo una simulación. Así surge de las palabras del Rambam, quien dice que hay que tener cuidado de la cualidad de la ira “al extremo”, y si es necesario educar y castigar a los hijos-estudiantes, o el líder reprender al público, entonces, “se mostrará enfadado ante ellos para castigarlos, pero mantendrá su mente tranquila”. Por dentro estará completamente calmado y pacífico, solo enojado por fuera.

Más precisamente dice el Alter Rebe: La ira es grave porque se debe a una falta de fe. Si algo o alguien te hirió y comienzas a enojarte frenéticamente, es porque esperas que todo el mundo se acomode a tus expectativas y exigencias, y estás olvidando en parte que “Todo está en manos del Cielo”.

Pero por otro lado también está dicho: “todo está en manos del Cielo, excepto el temor del Cielo”. Temor al cielo significa lo que te corresponde hacer a ti, y si tu estudiante o hijo no se comporta como corresponde, tu tarea consiste en cuidar de él y educarlo. Ahora tienes ante ti el precepto de reprender a tu prójimo para ayudarlo y corregirlo. Esta es la ira de Moshé, no es sólo un juego y una simulación, sino una ira verdadera y justa, completamente limpia de cualquier interés personal, porque Moshé es la persona más humilde de todas.

Y sin embargo, debido a que la ira es peligrosa, se requiere gran precaución y siempre hay que “endulzar” el juicio. Especialmente ahora, durante las “tres semanas de dolor”, está escrito en la Halajá que el maestro no tiene que enojarse con los estudiantes. Solo con amor.

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